Equipo de programación: Lara Novomisky, Agustín Detzel y Paulina Serra
Uno de los puntos más interesantes del FICE son las actividades paralelas, por ejemplo, el taller que van a dictar María Alché y Benjamín Naishtat sobre creatividad, práctica y la reflexión. ¿Por qué creen que es importante organizar este tipo de actividades con el público y cómo surgen?
Creo que es necesario organizar y promover estos espacios de encuentro para que artistas de diferentes disciplinas o áreas del campo audiovisual tengan la posibilidad de acercarse y puedan compartir inquietudes sobre las mismas, y formas o prácticas a partir de la experiencia de los demás artistas colegas. Me parece que una de las cuestiones positivas a resaltar de este tipo de talleres que promovemos desde el FICE es el cruce de conocimientos, ya sean interdisciplinarios o no, que vuelven al cine una práctica más colectiva y horizontal y permiten la apertura de la palabra y la reflexión.
Año a año el FICE va creciendo y se posiciona como un festival en el que los espectadores pueden ver las películas de la temporada que “hay que ver”, pero también hay mucho cine por descubrir que de otra forma nunca tendría pantalla. ¿Cómo dialogan y deciden entre ustedes sobre la línea editorial del festival?
El proceso de selección de las obras que forman parte del festival es bastante largo. Desde que comienza la convocatoria hasta que se definen las películas y cortos en competencia, transcurren unos cinco meses de visualización, debate y toma de decisiones. Si bien el FICE es un festival temático del agua, lo cual ya plantea un eje sobre el cual se definirá la programación, todos los años partimos por establecer una base a partir de la cual ir definiendo la selección de las competencias, que se termina de precisar una vez que avanzan los primeros visionados de los materiales que llegan. Por ejemplo, para esta edición el criterio de selección estuvo puesto en la mirada del agua como elemento transformador en la historia de los personajes. En varias obras el agua aparece metafóricamente como signo de reflexión y superación en la construcción dramática. Nuestro objetivo siempre apunta a acercar a la ciudad de Ensenada el cine, tanto internacional como argentino, y que el FICE se vuelva un espacio de encuentro, difusión y puesta en valor de nuestro cine nacional y del cine como arte.
Se dice que un festival alcanza la mayoría de edad luego de los cinco años, y ustedes están por comenzar el sexto. ¿Qué expectativas tienen para esta edición y cómo ven el futuro del festival?
Las expectativas para el festival son mayores año a año, particularmente en esta edición, en un contexto en el que la cultura y la industria cinematográfica se ven afectadas de forma directa, creemos necesario apostar a los espacios de encuentro y reflexión desde el plano audiovisual. En cuanto a las expectativas de cara a esta y futuras ediciones, creemos que el FICE fue creciendo a medida que las ediciones fueron pasando, y notamos que cada vez el público local es mayor y se vuelve un espacio habitado fundamentalmente por los propios ensenadenses, así como por los realizadores y productores audiovisuales locales, teniendo este año en la apertura del festival la película Ensenada 55, un filme totalmente producido y desarrollado en la localidad de Ensenada. Como festival, siempre queremos llegar y acercar el cine, así como los espacios interdisciplinarios, talleres y actividades al mayor público posible. Creemos que el hecho de que ese público sea local y cada vez mayor es un reflejo del crecimiento que el FICE ha tenido desde su primera edición hasta el día de hoy. Los proyectos que pasan por la pantalla del FICE hablan de transformación, y el agua cumple un rol esencial en el desarrollo de las historias, así como en nuestra vida cotidiana. Por eso, creemos que la temática es justa para pensarnos como individuos sociales y partes de una comunidad, como en un mismo flujo.
¿Y qué creen que ha cambiado desde la primera edición hasta la actual?
A lo largo de los años, el festival ha crecido de manera significativa en muchos aspectos. Uno de los cambios más notables es la cantidad de personas que forman parte del equipo, que hoy cuenta con 14 integrantes divididos entre las áreas de producción, programación y comunicación. Esto era algo impensado hace apenas dos años, cuando el festival estaba en una etapa mucho más reducida. Es difícil tener perspectiva cuando cada año trae consigo grandes cambios y avances, pero uno de los hitos recientes es la cantidad de propuestas que ofrecemos en esta edición. Por ejemplo, desde hace dos años llevamos a cabo FICE Expandido, una propuesta que busca sacar el festival de las salas de cine y llevarlo al barrio. La gente puede vivir una experiencia más sensorial, con audiovisuales alternativos y videoarte en un formato más cercano a una galería. Los vecinos pueden pasar, ver unos videos en una pantalla, escuchar música y seguir con sus actividades cotidianas. Otra propuesta que ha tenido un gran impacto es FICE desde el Río, donde nos subimos a botes y vemos una proyección desde el agua. Es una experiencia inmersiva que no habría sido posible sin el equipo que tenemos hoy. El crecimiento del festival también se refleja en la cantidad de proyectos que recibimos cada año. La diversidad de géneros, formatos e historias ha sido clave para que el festival siga creciendo con solidez en cada edición.
El programa que comentan “FICE desde el Río” resulta, a simple vista, una actividad única como mezcla de cine y experiencia. ¿Pueden contarnos más al respecto?
La proyección de FICE desde el Río es una de las propuestas que creemos más caracteriza la esencia, así como también la propuesta general del festival. Tomamos el agua como elemento identitario, ya que es un rasgo característico de Ensenada, ubicada a orillas del Río de La Plata. A partir de esta combinación, creemos que una propuesta que no nos puede definir mejor es realizar una proyección para ser vista desde el río. En esta sexta edición será la segunda vez que realizaremos FICE desde el Río; los espectadores parten desde el Club Náutico de Ensenada en diferentes botes para acercarse remando hasta la pantalla que, desde tierra, será soporte para la proyección. El año pasado pudimos disfrutar de La encomienda de Pablo Giorgelli, con la presencia del director y parte del equipo técnico. Este año volverá a suceder con parte de la programación de la Competencia Internacional de Cortometrajes. Se proyectará Días de lluvia (Arg.) de Ainara Iungman, DRIJF (Bel.) de Levi Stoops, Ciervo de pantano (Arg.) de Gisela Corsello y Nunca fuimos un desierto (Arg.) de Agustina Comedi, Chiachio & Giannone. Creemos que FICE desde el Río es una propuesta diferente y que nos define también como festival y lo que queremos acercarle al público ensenadense, combinando el cine con los espacios locales que habitan todos los días para traer una experiencia única de la que todos puedan disfrutar y ser parte.