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Entrevista a Silvina Estévez y Marlene Grinberg

Entrevista a propósito de Me gusta cuando hablas, película dirigida por Silvina Estévez y Marlene Grinberg; escrita por Sol Bonelli, Brenda Howlin, Marlene Grinberg y Silvina Estévez. Tuvo su estreno en el cine Gaumont el 7 de marzo de 2024 y volverá a proyectarse en mayo en el Centro Cultural San Martín.

Por Eugenia Ratcliffe

Partiendo de la coyuntura actual, en la que tambalean terrenos ganados por el feminismo (que ni siquiera estaban del todo ganados más allá de lo discursivo), y en la que todo el tiempo se lo intenta etiquetar con definiciones tranquilizadoras, como si solo hubiera una forma correcta de ser feminista, Me gusta cuando hablas elige abordarlo como un caleidoscopio, haciendo foco en las distintas aristas que lo constituyen, abriendo a preguntas más interesantes que cualquier respuesta cerrada. ¿Cómo dieron con esa premisa (fue algo que encontraron durante el proceso o una idea estructural que estuvo desde el origen de la película)?

Silvina Estévez: Hace unos años, cuando comenzó a escucharse el término feminismo de forma masiva en los medios, se generó una especie de arquetipo de cómo es una feminista. Incluso se sentía rechazo a ese arquetipo por una gran estigmatización de un sector de la sociedad. Hasta nosotras muchas veces tenemos un mandato de cómo debe ser una feminista. Por eso empezamos a desglosar ese arquetipo instalado en el imaginario colectivo, para expandirlo, multiplicarlo y explorar no el feminismo, sino los feminismos.  

Marlene Grinberg: empezamos a desarrollar el proyecto en el marco del programa de Incubadora INCAA Documental y fuimos expandiendo nuestras propias ideas del feminismo y lo que significa para cada persona. Y ahí empezamos a entrevistar a distintas feministas. Así que desde su gestación es una película en la que dialogan muchas voces. 

¿Cómo fue el proceso de guión, tratándose de un documental, y qué desafíos supuso?

El proceso fue de mucho intercambio. Entre nosotras y entrevistando a muchísimas feministas- De ahí, fuimos eligiendo nuestro crisol de mujeres de distintas edades, sectores sociales y que tuvieran feminismos diferentes. Fue un proceso de mucha escucha (que a la vez hace juego con el título, “Me gusta cuando hablas” es porque del otro lado hay alguien dispuesto a escuchar, justamente). El desafío fue encontrar cómo hacer convivir a todas esas feministas en una misma película. Antes de salir a filmar tuvimos la idea por un lado de que fuera un día en la vida de cada una, entonces esa limitación temporal nos ordenó. Y por otro lado el hecho de estar centradas más que nada en sus casas, también. Esas limitaciones fueron fundamentales, y algo que terminamos de armar en el montaje donde justamente pudimos ver en concreto el contraste, los parecidos, las contradicciones entre ellas.

¿Cómo encontraron la estructura?

Nos pareció importante mostrar que hay tantos feminismos como feministas. La idea fue contar los feminismos desde lo plural, desde la combinación de puntos de vista distintos y hacerlos dialogar no solo a través de la palabra, sino de las imágenes, sensaciones, sonidos. A través de sus vidas. Entonces de ahí se desprendió la idea de que la estructura sería coral. Cada una dialogaría con la otra en un montaje alterno que se va combinando a lo largo de un día. Teníamos la idea de abordar el feminismo desde un lugar más audiovisual, de ahí la idea de la imágen del feminismo de cada una, sabíamos adonde queríamos llegar o al menos lo intuimos. Ese punto de partida en el momento de concebir la película fue finalmente el clímax que las unió a todas en la película.

Resulta muy valiosa la manera en la que consiguen acceder a la intimidad de las protagonistas, ¿cómo lograron que la cámara, y el propio rodaje, no se volvieran una barrera?

La película busca encontrarse con las protagonistas no solo desde la entrevista convencional sino también desde la cercanía de la cámara. Es por eso que antes de ir a rodar nos reunimos varias veces con cada una, generando una relación previa. Y después ellas estaban muy dispuestas a abrirse. También para ellas la película es una parte de su militancia. 

¿Cuánto duró el proceso -desde la idea hasta el estreno-? ¿El tiempo de realización decantó de alguna manera creativa?

La película busca encontrarse con las protagonistas no solo desde la entrevista convencional sino también desde la cercanía de la cámara. Es por eso que antes de ir a rodar nos reunimos varias veces con cada una, generando una relación previa. Y después ellas estaban muy dispuestas a abrirse. También para ellas la película es una parte de su militancia. 

Más allá de definiciones técnicas, ¿qué es el guion para ustedes, qué fue el guión en esta película?

Marlene: Me gusta pensar el guión como una partitura y un mapa. En el caso de la partitura tenés las notas, ahora la forma de interpretarlas puede cambiar. Y en el mapa tenés los lugares, la forma de recorrerlos puede cambiar. En ambos casos hay una guía y una libertad de como aplicarla. Me gusta usar ambas metáforas porque la partitura trae la idea musical, y un rodaje tiene un ritmo, y ese ritmo lo trae el guión que finalmente se ajusta en el montaje donde se vuelve a reescribir la película. Y el mapa, trae la idea del viaje, y justamente filmar es como viajar. En el caso de Me gusta cuando hablas, el guión se fue escribiendo y reescribiendo en todas las etapas. Lo interesante es que en el documental trabajas con las vidas de las personas, entonces está el guión que escribimos, y está el guión de la vida de cada una. Entonces nuevamente la idea del diálogo. 

Brenda Howlin, guionista: El guión, es el corazón de todo. Es la ilusión, es la imagen, es la sensación, es la impotencia, es la bronca, el dolor, el amor, la fuerza, la experiencia, el cuerpo, el pasado, el futuro, es la mirada. La mirada propia. Singular. Y poética.  Es el primer latido, es la intuición de que con todos esos elementos y sensaciones se puede crear un proyecto que ponga en imágenes algo que se quiere comunicar.  Una vez que esas imágenes y sensaciones decantaron y pudimos bajarlas al papel, cuando hubo certezas de lo que se quería contar, armamos una dinámica de trabajo en donde nos propusimos armar una hoja de ruta, una guía, una posible estructura que pudiera contener a todas estas mujeres que queríamos que formen parte de este documental. El guión de esta película, fue colectivo, y tuvo mucha escritura y reescritura. Se pensó, se debatió, se borró y se volvió a escribir hasta que todas estuvimos de acuerdo.  Y como dice Marlene, tuvo muchas etapas. Una primera etapa cuando no había “personajas”, una segunda etapa en la que buscamos a las “personajas”, una tercera etapa en la que escribimos en función de las mujeres que formarían parte de la película. Una cuarta etapa en la que, ya en rodaje, las mujeres pusieron su propia voz y una última etapa, en la isla de edición.

Me gusta cuando hablas

2023

Argentina

Silvina Estévez y Marlene Grinberg

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