Por Mauro Lukasievicz
¿Cómo surgió la idea para realizar una ficción sobre una familia que busca algo tan simple como una vida mejor?
La idea nace de una vivencia, cuando tenía cinco años mi madre abandonó a mi padre marchándose con mi hermano de tres años y conmigo a Estados Unidos para intentar una construir una nueva vida. Cruzamos la frontera con nuestras visas de turistas declarando que íbamos a Disney. Mi madre iba sin trabajo ni hospedaje asegurado, sin saber una pizca de inglés, viajando muy ligero, sólo con algunas mudas de ropa, unos cuantos juguetes y una grabadora de audio. Cuando por fin encontró trabajo se vio obligada a dejarnos solos en un pequeño departamento que había rentado en una barrio peligroso de Santa Ana California y para que no la extrañáramos decidió grabar en la grabadora historias, lecciones de inglés, juegos, la reglas de la casa etc. Así que mi hermano y yo presionábamos el botón de play para escuchar a nuestra madre y pronto comenzamos a crear un imaginario con esas grabaciones, mientras esperábamos su regreso a casa, más adelante nosotros también comenzamos a grabarnos y esa grabadora se convirtió en una herramienta de comunicación entre nosotros tres. Los Lobos parte de esas memorias y del querer contar una historia que hable de la infancia, la incertidumbre, la migración, la adaptación a un nuevo entorno y el significado del hogar.
El evitar caer o tener que recurrir a golpe bajos parece que fue muy importante en el momento de armar el guión. ¿Lo pensaste de esa forma?
Tenía miedo de caer en un melodrama fácil o en un cine de la miseria el crew (equipo) de la película y yo queríamos huir de eso. Quería contar una historia realista, dura, pero también llena de esperanza, ternura y sentido del humor, y el plantear que sería contada desde el punto de vista de los niños ayudó bastante a explorar ese tono que estábamos buscando.
¿Cómo fue el trabajo de investigación previa de los lugares que usaron de locación?
Hicimos scouting en Santa Ana California y en Albuquerque Nuevo México, entrevistamos a mujeres migrantes, niños, familias de primeras hasta terceras generaciones, recorrimos barrios, fabricas, centrales de autobuses y una larga lista de locaciones hasta encontrar los escenarios y las condiciones adecuadas para filmar la historia. En Santa Ana fuimos apoyados por mi prima Julie Leopo que es fotógrafa y es una excelente cronista de la comunidad chicana en California. En Nuevo México nuestro guía y scouter fue Christian Hernández que además es co productor asociado de la película. Al final me decidí por Albuquerque Nuevo México por que visualmente me recordaba al Santa Ana de los años ochenta, las condiciones para filmar eran más adecuadas y en general la comunidad con la que fuimos estableciendo relaciones estaba muy entusiasmada con participar en la historia.
Hay muchos aspectos en las relaciones, tanto madre e hijos como entre hermanos, que están excelentemente trabajados. ¿Cómo preparaste estos aspectos desde lo psicológico?
Se trabajo mucho la relación entre los actores, Martha Reyes, quien interpreta a Lucía, junto a Max y Leo ensayaron por meses, trabajamos en la confianza e involucramos mucho a los papás de los niños en el proceso más adelante ellos nos dieron permiso de que Martha y los niños vivieran por unas semanas juntos e hicieran vida en familia, por otra parte Martha y yo preparamos un curso de actuación en dónde se hicieron ejercicios de improvisación y actuación para la cámara. Más adelante se sumó al proceso la prestigiosa acting couch Fátima Toledo con la que trabajamos alrededor de un mes, pero sobre todo creo que algo medular para nosotros fue el tener como regla siempre ser honestos con nuestras emociones y lo que ocurre en escena, hacer lo que sentimos y dejarnos fluir.
En Somos Mari Pepa también tocabas el tema de madurar, pero en la adolescencia, y ahora en Los lobos volvés a hacerlo aunque en una edad muchísimo mas temprana.
La infancia y la adolescencia son etapas cruciales de nuestras vidas, llenas de incertidumbre, retos y decisiones, la semilla de posibilidades en la que decidimos en que clase de persona nos vamos a convertir y los personajes protagonistas en Los Lobos como en Somos Mari Pepa son obligados a madurar prematuramente para sobrevivir y afrontar la vida y una dura realidad. Es por eso que en Los Lobos el protagonista va descubriendo las razones de su madre y quien era su padre y esto lo hace crecer.
Los Lobos ganó el Gran Premio del Jurado Internacional en la sección Generation KPlus de la última Berlinale. ¿Cómo fueron esas proyecciones y cómo fue la respuesta del público?
Maravillosas, un publico participativo y lleno de empatía, tuvimos cinco funciones , las salas llenas en su mayoría de niños entre 7 y 11 años que reaccionaban y gritaban con cada cosa que iba ocurriendo a los protagonistas, se volvieron locos cuando Leo aprendió a abrocharse los cordones de los zapatos, por otra parte al final de las proyecciones había sesiones de preguntas y respuestas en donde los niños hacían preguntas muy interesantes como ¿porque esa familia tuvo que dejar su hogar? Preguntas sencillas y poderosas que me hacían cuestionar ¿cómo le explicas a un niño de 8 años el fenómeno de la migración y el abandono? Al final siempre intentaba ser lo más claro y honesto con las respuestas, los niños no son tontos, saben cuando mientes y ocultas algo.
¿Te encontras trabajando en otros proyectos?
Si, ahorita estoy en la escritura de la siguiente película junto con Carlos Espinoza (montajista de Los Lobos y Somos Mari Pepa), la película se llama Alondra dejó el nido y es la historia de una pareja de ancianos de la sierra de Guerrero que llevan tiempo sin tener noticas de su nieta, creen que algo le pudo haber pasado así que preocupados deciden emprender un viaje del sur hasta el norte de México, con poco dinero y hablando un precario español, siguen las pistas de los últimos trabajos que tuvo su nieta en varios campos agrícolas y así en medio de la violencia e incertidumbre, van adentrándose en un país en el que se van sintiendo unos completos extranjeros⚫
Titulo: Los lobos
Año: 2019
País: México
Directores: Samuel Kishi Leopo