Hace poco escuchaba una charla sobre cómo se financian las películas y como son tan variados los presupuestos, para bien y para mal, me gustaría que comenzáramos hablando sobre la financiación de Eureka.
Creo que generalizar sobre cómo se debe producir el cine no tiene sentido, no tiene sentido planteárselo. Cada uno hace lo que puede, como puede y con lo que tiene, pero también con el sistema que le resulta mejor para lo que quieren lograr. Yo no me voy a plantear cuánto gastan en una película de Hollywood, o en una de Noruega, o en una de Brasil. Hay películas buenas y malas de diferentes presupuestos. Una película puede ser buena costando 5 mil dólares o 500 mil dólares. Generalizar en el cine termina siendo abstracto, aunque las películas que más me gustan no son las más caras. En mi experiencia con Eureka, que es la película para la que más financiación conseguí, es que cuanto más dinero tenés de otros países tenés también más restricciones, sobre todo si ese dinero proviene de instituciones culturales.
¿El problema de tener demasiados co-productores?
Tenés muchos co-productores que tienen sus propios protocolos para seguir según las normas de los fondos a los que aplicaron, y a la vez no tenés ningún productor como para relajarte y tener la seguridad para hacer lo que sentís o pensas que es lo mejor para la película, porque todos se reparten las responsabilidades. Al final tenés muchos y no tenés a ninguno, sobre todo cuando el mayoritario no es el más afín a tu sensibilidad. Hay leyes que tenés que cumplir por ciertos fondos, y ese fondo significa hacer partes de tu película, partes creativas, con gente que vos no queres, como por ejemplo una posproducción en otro país con gente que no habla mi mismo idioma, no se ríen de las mismas cosas, ni entienden a dónde quiero ir yo con el sonido, el color, con lo que sea. Mayor presupuesto no significa mejores elecciones porque no existe la chequera libre. Yo con un presupuesto como el de Los Muertos no hubiera podido filmar un western en Almería.
Eureka la comenzaste en 2014 a producir ¿cómo fue el proceso de tanto tiempo?
En 2014 la empecé a pensar, y en 2018 apliqué al primer fondo, por suerte ganamos todos. Después de Jauja se vino un tsunami de reconocimientos, justos o injustos, pero nos fue muy bien, y el guion de Eureka se ve que gustó mucho, junto con el trabajo realizado previamente. La mayoría de los fondos a los que aplicamos, que son culturales, son hasta un millón y medio de dólares/euros, una vez que excedes ese presupuesto no podes aplicar a ciertos fondos porque son para películas chicas, entonces nosotros llegamos a ese tope y ganamos algunos más que tuvimos que devolver. Básicamente lo que pasó fue que Jauja gustó mucho y comenzamos a trabajar con una productora francesa llamada Luxbox, a través de Fiorella Moretti, que aplicó a muchísimos fondos y convenció a otros países vecinos de aplicar a sus fondos para hacer Eureka. No se si todo ese dinero se manejó como yo hubiera querido, porque cuando yo hago una película como Los muertos, Jauja, Liverpool, o cualquiera, yo firmaba los cheques y decidía cuándo, cómo y a quién pagarle. En esta película fue imposible siquiera opinar sobre cómo se iba gastando el dinero, si yo quería traer a un técnico por determinado motivo… no se podía por no tener nacionalidad europea o por no tener una cuenta en determinados bancos, cosas que a mi no me importan porque no hacen mejor a la película. Son cosas que no deberían ser un problema, pero para los modos europeos sí lo son.
También filmaste en la reserva indígena Pine Ridge ¿cómo te manejaste ahí?
En la reserva indígena había que pagar en efectivo, la gente no tiene cuentas en el banco, no tienen documentos. Los pusieron ahí y que se arreglen. Yo les presentaba a mis productores a las personas de la reserva con las que quería trabajar, y ellos me decían que no les podían pagar si no era a través de cuentas bancarias. Cuando filmas con ese tipo de producciones es difícil porque no saben filmar adaptándose a un estilo más sudamericano. Estuvimos filmando en México y en un pueblo tremendamente marginado de los Estados Unidos y el director… era argentino. Mi base era no quedarme en los problemas a esperar que se solucionen, ir yo hacía adelante y avanzar.
Investigue un poco sobre Pine Ridge y las estadísticas son tremendas, aun para un país como Argentina que estamos acostumbrados a las crisis, tasa de desempleo de 90%, alcoholismo en 80% y la esperanza de vida en 50 años ¿cómo llegaste?
No fue fácil, después de Jauja, Denis Lim, a través del festival de New York, me ofreció una residencia de 45 días en Manhattan para artistas. Viaje ese mes y medio, que fue genial porque fue durante el festival de New York, si bien me la pase viendo películas y conociendo gente, luego de eso me salió una beca en Harvard, de dos semestres, que la hice con Lav Diaz y Eloy Enciso. Durante ese tiempo estuve buscando un tema para investigar y desarrollar, y con Jauja me había quedado con las ganas de seguir con algunos personajes de orígenes nativos, no descendientes, sino que tenga que ver con personas que no son partes de un sistema. La diferencia que encontré, y muy marcada, es que en Estados Unidos viven en una roca y las personas se quedan en esa roca. De México hacía abajo todos caminamos por las mismas calles, tanto en Perú, Bolivia o Argentina, somos todos partes de una misma forma y es imposible no relacionarse. Mi mirada es foránea, pero son personas que no tienen documentos, no van a la escuela, más allá de que ellos quieran o no, o sientan que todavía falta mucho por resolver con “el hombre blanco”. Estando en Harvard hablé con Viggo Mortensen y le pregunté si conocía algún lugar donde pudiera investigar y fue él quien me mandó a Pine Ridge porque allí había hecho entrenamientos para otras películas, me explicó con quien hablar y como juntarme con la gente que él conocía. Me subí a un auto, dos aviones y fui a ver como viven, comencé a pensar en la historia de la policía, que me parecía un buen puente para ver un poco más de cerca los problemas y poder hablar un poco de “eso” que no hablan mucho en Estados Unidos. La verdad es que siento que todo se trata de conexiones, es como poner en una pintura muchos elementos y luego ubicarlos de una manera en que se pueda seguir conectado a los personajes, que miran para un lado u otro, pero siento que es una pintura abstracta y figurativa de a ratos, que me genera conexiones a través de diferentes puntos de vista, eso es lo que intente hacer con Eureka y mostrando Pine Ridge.
¿Sentís que es muy claro de lo que habla tu película?
Desde mi punto de vista, siendo el director, guionista y productor, para mi sí, son claras las conexiones, veo claro de lo que habla la película. Es comparar un poco como fue la vida de estas comunidades/pueblos, como fueron reflejadas, como fueron colonizadas culturalmente por esa cultura cinematográfica llamada western, que fue la que hizo el mayor negocio de la historia del cine, pero no los terminó representando en nada, ni en aquel momento ni ahora y que me obliga a preguntarme ¿por qué quiero yo hacer un western? Si yo nací en Florencia Varela hace 48 años, ¿por qué mi sueño es filmar un western? ¿por qué no un neorrealismo italiano o una de expresionismo alemán? Alguien me puso esa idea en la cabeza.
Así y todo, evitas completamente dar un mensaje.
Es que no tiene sentido, para mi es tan obvio que no hace falta que venga un presentador y te explique el conflicto en voz en off, es tan obvio como en La libertad, ya hay un conflicto ahí, es un tipo que vive en el medio del monte con un hacha, no sabe escribir y no puede ver otro ser humano porque no tiene comunicación ¿que otro drama le voy a poner?
Su simple existencia y forma de vida ya es un drama.
Exacto, a un espectador del 2001 no hace falta que se lo expliqué, si no lo ve es porque no lo quiere ver. Cuando ves Los muertos y ves un tipo que sale de la cárcel para vivir peor que en la cárcel… ya hay un conflicto enorme ¿qué otro conflicto queres que agregué? ¿qué le roban la billetera? ¿Qué no sabe como actuar en ese mundo después de 30 años? o en Liverpool, un tipo que viajó por todas las capitales del mundo, pero cuando ve a su madre no sabe cómo saludarla.
Es algo presente en todas tus películas esa situación de personas que no se saben relacionar y/o comportarse socialmente.
Porque no sabemos, somos un desastre (risas). No sabemos comunicarnos ni entre familia ni entre países, ni entre personas. El ejercicio de la raza humana es seguir y continuar y por eso el mundo sigue girando, pero eso no significa que lo estemos haciendo bien, tiene más que ver con el amor propio que tenemos. Por eso mismo creo que tengo muy en claro de que trata Eureka, ese comienzo medio en código o en joda del padre que continúa buscando a su hija conectado con Jauja, es ese problema de comunicación, yo no veo que la sensibilidad humana funcione bien, me interesa mucho cómo nos comunicamos entre nosotros, mi padre, mi hermano, yo, y cómo uno tiene poco tiempo para desarrollar esa parte afectiva por diferentes razones. No hay un tiempo de la vida humana que se dedique a solucionar esos conflictos que una familia trae de generación en generación. No hay un terciario que sirva para arreglar los problemas humanos, tus padres no son perfectos, no lo fueron tus abuelos y vos no vas a ser perfecto.
Es un poco terminar con el idilio, la idea de que el mundo te cambia cuando sos chico y descubrís que tus padres no son ni por lejos los héroes que creías.
Ahí todo se va a la mierda (risas), y seguís creciendo y tenés hijos, descubrís que estás muy lejos de ser un buen padre porque no hay forma de serlo ni de saberlo, porque nadie lo sabe, tiene que ver con tratar de trabajar para tener la mejor comunicación posible. Pero volviendo a Eureka, creo que cuando lees en los diarios que la mitad de centroamérica se quiere ir caminando a Estados Unidos para tener una vida mejor, yo muestro que en Estados Unidos la gente que no es blanca no tiene una vida genial, ni siquiera los nativos que fundaron ese lugar. Los nativos no tienen ningún tipo de reconocimiento ¿conoces a algún músico de esos lugares? la idea es que de eso no se habla, donde filmé, por ejemplo, es el lugar más pobre y más grande a nivel de reservas, pero ni siquiera lo censan y se calcula que viven 40 mil personas, si hubiera una decisión política por parte del gobierno de Estados Unidos ¿cuánto tiempo tardarían en cambiar la vida a esas personas? Es la principal potencia del mundo, son 200 millones de habitantes, podrían tardar 10 años o 50 años, aunque yo creo que con solo 2 años la vida de esas personas cambiaría, pero tampoco está sucediendo. Lo que quiere el gobierno es que desaparezcan todos y poder seguir adelante sin esa molestia que son para ellos los nativos. También creo que lo que ya no va más es el seguir llamándolos nativos, llamémoslos personas, cambiemos dos o tres adjetivos y empecemos a avanzar y eliminar esas fronteras que se refugian en los conflictos del pasado y no permiten que avancemos a las generaciones futuras.
Y ante todas estas adversidades, cómo fue llegar a un lugar así, siendo extranjero, con dinero y equipos para filmar ¿cómo fue ese trato?
Me abrieron un poco más la puerta porque no soy gringo, por hablar mal inglés. Seguramente pensaron que “bueno este por lo menos todavía no nos cago tanto la vida por no ser de acá”. Con ese beneficio de la duda entre a la comunidad y tuve que ir a pedir permiso a la policía, al centro de autoridades, porque ellos tienen su propia policía y algunas leyes propias. Esa policía funciona solo dentro de la reserva, si alguien de afuera entra a la reserva y mata a alguien, el policía de la reserva no puede salir y arrestarlo, es algo tremendo. Yo viajé cinco años antes de comenzar a filmar, viaje alrededor de 8 veces, hasta que el último año viajé con una productora y nos mandaron a pedir muchos permisos y a explicar la película que queríamos hacer. Eso demoró otros seis meses más. Luego tuvimos la suerte que la directora de casting había hecho dos películas que se filmaron ahí, eso nos abrió muchas puertas, genero familiaridad y buena vibra. Así fuimos sumando también a las personas que participaron en la película.
Utilizar actores no profesionales es algo que ya hiciste en tus películas ¿se te da más fácil eso?
A mi si, pero no en este caso, se me da fácil cuando hablan español y si toman o no mate, amargo o dulce, en esta parte de Estados Unidos hablan raro, tal vez me decían algo y era irónico o estaban siendo cínicos, también hay muchas formas de entender un mismo idioma. Puede ser que ellos disfrutaron más del trabajo de cooperación y comunicación para hacer la película que de lo que podrían disfrutar realmente de verla, las cosas que compartimos, como filmar con 30 grados bajo cero.
¿Cómo fueron esas condiciones climáticas para filmar?
Nos pasó de todo, una tormenta de nieve, nos quedamos encerrados en un casino, a la protagonista la tuvieron que llevar en helicóptero a la ciudad porque su bebe tenía neumonía, el director de fotografía colapso el primer día y tuve que buscar otro de forma urgente, él se desmayó y convulsionó, venía de filmar con Kaurismaki y con problemas de salud, pero 30 grados bajo cero fueron demasiado. Era todo muy difícil, el transporte era un caos. Las mismas problemáticas sociales de la comunidad afectaron el rodaje, algunos actores no aparecían o de repente no querían participar más porque estaban con otros problemas. Toman mucho alcohol y drogas. La casa que utilizó en la película es una casa real que se utiliza como refugio en la que viven dos ancianos, hace mucho mucho frío y en esa casa se meten cuando no tienen donde caer, no podes quedarte afuera porque te morís de frío. También viven muchas personas en las casas, en una casa sencilla pueden vivir cinco familias. De México para abajo el clima es más amigable al no tener esas temperaturas donde sin un techo te morís.
El personaje de la chica, en esa historia, tiene la idea de no permanecer más ahí y convertirse en algo místico y desaparecer.
No quiere saber más nada, no aguanta más, un no suicidio y emigrar. En la comunidad de Brasil de los 70 también tienen problemas similares, se matan entre ellos. Pero me parece interesante que como comunidad nos vivimos contando sueños, nos despertamos y nos contamos un sueño, es lo primero que hacemos y lo escuchamos maravillados, los políticos nos viven hablando de futuro, promesas y demás, pero lo único que siempre está son los sueños. Es como el cuento de cada mañana en el que los políticos nos cuentan que vamos a estar mejor, vivimos de sueños y parece que no necesitamos nada más.
En eso se basan las campañas políticas.
Por eso en Eureka pasa así, en la vida nos cuentan un cuentito, comemos algo lindo de vez en cuando, conocemos a alguna posible pareja y escuchamos algún sueño, parecería que no necesitamos más, la gente se las arregla. Cuando veo Eureka me nacen todas esas ideas, es probable que estén en mi y solo yo las vea, pero si al espectador no le nacen yo no quiero remarcarselas, no tiene sentido, eso es contar una historia y tratar de poner el dedo en la llaga, cada uno busca las historias que quiere.
En la parte de Brasil, filmada en México, la crítica al capitalismo está metida desde el comienzo de una forma brutal con el tren que pasa y parece que se lleva la materia prima mientras que un policía lo saluda.
Es el sueño/pesadilla para el pibe que vive en la selva y lo están haciendo mierda, le traen enfermedades, industrias que no le dejan nada, no le tiran ni un pan, esa es su pesadilla. Lo único que quiere es que no le saquen la materia prima que le da la naturaleza. Son todas pequeñas cosas que pasan desde el principio de siglo, pero siguen siendo las mismas. Eureka no tiene algo preciso para que digan que el tema de la película es tal cosa, pero todo está ahí, son todas cosas que nacen de hacer está película, ponerme un poco más político, ver donde estoy viviendo, cómo es esto pensando en mis hijos y que estoy un poco más adulto, tratar de ver cosas que están pasando y no están mejorando, no aislarme en la vida de una persona. Lo que trato de mostrar en Eureka es comunidades específicas y puntuales. Si te fijas, todas mis películas anteriores son individuos que eligieron marginarse de una comunidad, por elección o no. En Jauja, Vigo Mortensen se mando alguna en Dinamarca y lo mandaron a la otra punta del mundo a hacer algo que también le sale mal y le raptan a la hija, o la hija decidió irse, y lo eso va a sufrir toda su vida, tanto que la va a seguir buscando en otra época o en otro espacio.
O en otra película.
En un western de otra época (risas). En Eureka pasa que uno trata de analizar cómo es la vida en un mundo que no es solo de una persona, eso no pasaba en mis películas anteriores, siempre era una persona, un momento, un lugar, la relación con el entorno y cómo ese entorno define a esa persona. Ahora en Eureka es el lugar lo que importa, que es lo que le puede dar a estas personas que necesitan convivir, hay miles de problemáticas diferentes ahí. Yo sabía que filmar Eureka iba a ser una batalla por el lugar que elegí.
A mi lo que me pasa es que cuando veo una película, y más allá de si está bien o mal hecha, si veo que el director y su equipo pusieron el cuerpo en un lugar confortable y que no les exigió ningún esfuerzo extra… ya de por si no me atrae. Yo quería poner mi cuerpo y mi trabajo en un lugar que me genere una experiencia de vida, algo que el día de mañana se lo pueda contar a mis hijos, para mi es importante poder elegir dentro del mapa de Estados Unidos esa zona en particular donde vale la pena poner el micrófono y la cámara y que después venga alguien y me pregunte el porque, para que yo pueda contarte lo que te estoy contando. No solo que esta comunidad existe, sino que es inevitable no verlo, y es momento de verlo, son personas por más que sean 40 mil.
Parecería que la idea es que hoy sean 40 mil, pero mañana 30 mil, y así hasta que ya no sean.
Pero no es al azar eso, es una decisión, no es un país sin recursos, a Estados Unidos le sobran los recursos. A mi eso me genera preguntas sobre la raza humana en general ¿porque hay cosas a las que podemos acceder y otras a las que no? ¿Porque gastan más plata en ir a defender un país en otra parte del mundo y no en mejorarle la vida a 40 mil de sus habitantes?
¿Cómo se inició todo esto después de Jauja?
La película la empiezo a pensar cuando leo un libro de Cormac McCarthy que se llama Meridiano de sangre, en donde empieza a crearse una frontera y los mexicanos contratan a los blancos para que maten a los indios, después estos blancos no contentos con matar a los indios comienzan a matar a los mexicanos que los contrataron, ya están desaforados y necesitan matar, no importa a quien, es un ejército de asesinos. Yo no siento que nos encontremos tan lejos de eso.
Es como el ejército de Prigozhin contratado por Putin para atacar Ucrania y que después terminó intentando tomar Moscú.
Es eso mismo, porque la gente que entra en ese mundo no tiene leyes, ¿que queda después de que le cortan la cabeza a un nene de cuatro años? no tienen más reglas. De eso trata la novela, y para mi no cambia mucho en cuanto a ideas de Trump por ejemplo, de construir un muro gigante para separar a la gente de México y que no migre a Estados Unidos cuando el problema no es la migración. El mexicano no quiere ir a Estados Unidos a comer hamburguesas, quiere seguir comiendo tacos en su país, lo que pasa es que viven tan mal que piensan que van a tener un mejor futuro allá. Si le das a elegir una mejor calidad de vida lo más probable es que decidan quedarse en México y no irse a morir de frío a Estados Unidos. Al menos de esa forma lo pienso yo.
¿Cómo fue filmar en Almería?
Fue un juego de niños, un sueño, algo genial, filmar en la locación donde Sergio Leone filmaba fue espectacular. Filmamos seis días en un mismo lugar, en inglés, con actores profesionales, todo era ameno. En México, en la historia de Brasil, teníamos que cruzar siete ríos a pie para llegar a la locación, llegábamos cansados. En Almería llegamos en nuestro auto y decidíamos que íbamos a filmar, a que hora comíamos, todo estaba cerquita. Era un sueño.
Por eso me parece genial el contrapunto con el resto de las historias, que todo sea una farsa, una maqueta y que quede bien en claro.
¡Es una farsa! Ese sueño del western es una farsa, el western tiene sus códigos propios, es un blanco que busca la revancha, un blanco con puntería perfecta. Es raro porque se nota que disfruté haciendo un western, pero sé profundamente que es y fue una farsa, es un género que no representó a nadie, no le hizo bien más que a los que se llenaron de plata. Pero también me parece importante culturalmente de que nos nutrimos, en el pasado fue el western, hoy es Netflix, una plataforma cultural, generadora de contenidos, de cultura. Todo ese contenido de Netflix, o Youtube por ejemplo ¿qué me ofrece? ¿en que me enriquece como humano tener Netflix al alcance de mi mano? ¿en que me representa culturalmente todo el contenido de Netflix? La película más vieja debe ser de 1992, no tienen documentales, no muestra nada con lo que yo pueda aprender. Creo que así fue el western, no representó al cine ni a la gente que habitó ese momento. Son cosas que no generan ese espacio para que nos sintamos más activos y al menos hagamos lo que estamos haciendo charlar sobre el mundo en el que vivimos.
También ya sabes que Eureka no le va a llegar a tanta gente como esos contenidos.
Yo no le quiero llegar a mucha gente, con llegar a los indicados está bien. No me sirve ni me gusta hablar con mucha gente, me gusta conocer a la gente, es uno que vale por un millón. No quiero ser otro director que llena la sala y hace millones, pero que si eligen a una persona de la sala no podrían estar cinco minutos comiendo una pizza porque son personas que no tienen nada que ver. No me gusta el anonimato de esas relaciones en las que no sabes quien se ríe de que, ni porque disfruto o no, ¿para qué quiero tener un millón de espectadores? Pedro Costa por ejemplo no es estúpido y sabe que no va a tener millones de espectadores, yo se que no voy a tener ese millón, yo sé lo que hago y que no lo disfrutan ni mis hermanos ni mi viejo. Es una rareza ya lo sé, pero como todas las cosas que están en los museos, y los museos siguen existiendo. Y no todo tiene que tener una explicación.
Hay muchos cineastas que siguen haciendo películas para hablar, de ellas o a través de ellas, pero para hablar.
Creo que sí, y otros que ya están hinchados las pelotas y no tienen ganas de hablar con nadie, van el día del estreno a hacer las entrevistas y después a encerrarse en sus casas. Hay muchos directores que crean un producto que mientras más vendible sea mejor. Creo que un director tiene que ser sólido en lo que quiere hacer, tomarse su labor a pecho, hacer una película es un trabajo enorme, sea con presupuesto o sin presupuesto. Me gustan los directores que tienen una dirección precisa, que ponen su vida, su cuerpo y su tiempo en su película, como lo hacen Kaurismaki, Herzog, Apichatpong, Tsai Ming Liang, o Bela Tarr, Cassavetes, hay miles. Son directores que tienen una investigación y te das cuenta que quieren poner el poco tiempo que les queda de existencia humana en aprender algo con las herramientas que les da el cine, estos son los directores que me causan curiosidad. Por ejemplo Scorsese es un director respetado en todo el mundo porque se puede sentir la pasión que tiene por lo que hace y porque respeta al resto de la cinematografía, está dispuesto a dialogar con otra gente, otro mundo, con otro tipo de cine.
También tengamos en cuenta que Scorsese está en un lugar en el que podría no hacer nada de todo eso, limitarse a filmar y que sus películas se proyecten.
Por supuesto, y también bien ganado lo tiene. Ese otro cine, del que no se nada de los directores, que no se quienes son, que son anónimos, siento que no les veo el alma. A mi me sucede que me gusta hablar de cine, pero también hablar solo de cine es algo que opaca otras cosas, se puede hablar un rato, pero opaca otras perspectivas y modos de abarcar la raza humana, aprendo más de las personas cuando otro me cuenta sobre su vida, donde va de vacaciones, que le da de comer a su hijo, etc.
Pero el problema sería entonces ¿qué es hablar de cine? si yo te pregunto ¿cómo es Viggo? ¿Es muy fan de San Lorenzo? Eso es una cosa, pero si hablamos de tu película en sí o sí la usamos para hablar de los problemas de los habitantes de una reserva, de los problemas políticos que eso conlleva, es otra cosa.
Entiendo lo que decís, creo que para la camada de directores de mi edad, que nos iniciamos cuando no había Universidad del cine ni sabíamos que era un festival de cine, lo mejor era que podíamos viajar, conocer a otras personas y directores, ver otras películas. Yo me acuerdo que sacaba mucha ventaja con mis compañeros de la FUC porque tenía un trabajo en esa época que consistía en agarrar un vhs y copiarlo a otro vhs, de paso veía películas completas de Kiarostami, Tsai Ming Liang, etc. Yo veía eso y decía esto es otra cosa, aprendo cómo camina un tipo África, no lo vi en mi vida, era una fuente de conocimiento, hoy en día cambió mucho eso por el simple uso de un celular, está todo ahí y no se si esa parte del cine sigue siendo tan necesaria.
El nuevo documental de Wiseman, Menus-Plaisirs, Les Troisgros, son cuatro horas y media sobre el interior de un restaurante francés, para informarnos podríamos abrir youtube y ver un video de 10 minutos sobre ese lugar, pero por algo seguimos viendo lo que él hace y nos quiere mostrar.
La pregunta es porque Wiseman quiso invertir su tiempo y su energía ahí, con 93 años, eso es lo que nos interesa. A mi como público me interesa encontrar un director o una persona del cine que me genere la intriga de ¿por qué tomó esta decisión? jugar un poco a que no me lo den todo, poder ser un poco el descubridor, en este caso sería ¿por qué fue a este restaurante? jugar a hacerme preguntas, poder hacerme preguntas sobre el mundo que me rodea, si no podría hacerme esas preguntas supongo que me dejaría de interesar todo. Si no puedo hacer el cine que quiero, que me genera intriga y nace de mis preguntas, no me interesa hacer cine. El otro día leí la entrevista de Pedro Costa en Caligari y me quedó una frase “El cine no es caro, no es la inflación, no es desperdicio, no es nada de eso” y lo cierto es que también lo pienso, no debería serlo, pero puede o no serlo. Cada uno hace el cine que quiere. ¿Queres laburar para Netflix? Hacélo, solo no hay que poner excusas, es laburo.
Entre directores ya consagrados parece ser una discusión muy actual el trabajar o no para Netflix.
A mi me encanta Netflix, porque da laburo, y en un país donde hay un desempleo altísimo que venga Netflix a hacer una serie es un vaso de agua en el medio del desierto. El trabajo es trabajo, a mi ojalá me llamen un día para hacer una serie, pero yo te voy a filmar a un tipo caminando durante una hora (risas), no me nacen ideas narrativas, ni giros de guion, me encantaría hacer una serie sobre una novela de Saer.. poder dividirla en doce capítulos y filmar nubes, cicatrices, etc, filmar lo que me emociona de ese escritor, que quizás puede estar describiendo como un tipo prende una luz durante diez páginas, y ahí se mezclan el tiempo, la memoria humana, que puede ser selectiva y/o caótica.
Siento que te perdes mucho entre tus pensamientos (risas)
Es como cuando me preguntan de qué se trata mi película (risas), yo que sé de qué se tratan Jauja o Eureka. Con Jauja me había pasado que me preguntaban y yo respondía “no se… de una historia de amor”, me acuerdo cuando tenía que presentarme a fondos y era un dolor de cabeza, porque cuando empezaba a explicarla me miraban con una cara de ¿este flaco en qué anda?. A mi me ganan mis películas, ¿la bruja de Jauja es real o no?
Yo no quiero saber, soy de los que prefieren tener esa pregunta para siempre.
Si la bruja no es real y es su imaginación, tal vez por un shock de perder a su hija, puede ser, pero a esa bruja llega por un perro, ¿entonces el perro tampoco es real o el perro si es real?
En Eureka fuiste más complejo, en el pájaro por ejemplo es bastante clara la idea de reencarnación.
Yo creo que es más compleja, no en su estructura, sino al ser tres historias diferentes. Eureka tiene sus intermitencias narrativas, no en el sentido estricto sino en el sentido gris de la narración de este tipo de películas que son narraciones anti narrativas. Hay estructuras que a veces favorecen a encontrarle un mundo propio a una película y que solo sirve para esa película. Yo no salgo con un storyboard y un guion de hierro a filmar, salgo a hablar con la gente que me rodea y a discutir cada situación. A veces cuando un equipo es idóneo todo se encolumna en la misma dirección.
Pero en el caso de Eureka dijiste que tenías el guión armado con bastante anticipación.
Si, el guion estaba armado, pero es una película que había que encontrarla a medida de que la íbamos filmando, fue difícil, tres idiomas diferentes, tres equipos diferentes, situaciones socioculturales diferentes. Creo que la mayoría de las cosas me gustaron y que es una película a la que hay que darle tiempo, creo que me va a enriquecer como cineasta, si bien ya lo hace, cuando la deje macerar, ahí le voy a encontrar mejores respuestas a las que tengo hoy. A veces cuando hago una película no tengo tan en claro porque la estoy haciendo, eso me pasa con el tiempo. Me doy cuenta porque quería filmar en esos lugares, con esos personajes, hoy es: ¿porque necesitaba salir de Argentina? ¿comprobar que podía filmar en inglés? ¿demostrar que podía ser libre? hoy todavía no lo se, pero se que es o va a ser un descubrimiento, que es a lo que remite el título, ese el placer de sentir que descubrí algo haciendo esta película, aunque no lo tenga en claro hoy.
¿Con Jauja siempre lo tuviste claro?
Con Jauja fue diferente, era jugar de local, aunque había agentes externos, pero estaba de local. En Eureka me fui con elementos locales a jugar de visitante, no era lo mismo. Tal vez me interesaba jugar de esa forma para ver que tan bien plantado estoy, me di cuenta que no es tan fácil.
¿Qué se viene en el futuro?
Estoy escribiendo de vuelta. Quiero filmar una continuación… de La libertad, hacer una película bien cercana… con el mismo actor, mismas estructuras, mismas herramientas, en 35mm, mismo presupuesto. No va a ser solo un día en la vida de él, sino que voy a meter algunos lugares más oscuros. Quiero salirme un poco de las últimas dos películas que me llevaron mucho tiempo, necesito un balde de agua fría que me lleve a donde empecé y el recuerdo de que esto no era tan tedioso (risas).