Entrevista a Leandro Koch y Paloma Schachmann, directores de Adentro mío estoy bailando

Por Mauro Lukasievicz

Es difícil catalogar a Adentro mío estoy bailando, un híbrido de comedia, falso documental, ficción, etc que termina siendo muy refrescante para el cine actual ¿cómo surgió la idea?

Paloma: Yo tenía la idea de hacer un documental sobre música klezmer. Soy clarinetista e investigadora, especializada en este género, y siempre me llamó la atención que no hubiera casi material audiovisual sobre el género. Mi idea era hacer una especie de catálogo de bandas de klezmer en Argentina. Cuando conocí a Leandro le dije que tenía esta idea y él me dijo que lo hiciéramos.

Leandro: Lo que Paloma no sabía es que a mi el klezmer me interesaba tan poco como todo lo que tuviera que ver con la cultura judía (risas). Lo que me interesaba era compartir un proyecto con ella. Poco tiempo después ella fue invitada a un festival de música klezmer en Cracovia y me dijo que si quería, fuera a buscarla cuando terminaba el festival y nos íbamos más al este, a ver qué encontrábamos.

Paloma: En ese viaje conocimos a Bob Cohen y se nos abrió la puerta a una temática que partiendo de la música klezmer nos permitía pensar mucho más allá, y surgieron preguntas vinculadas a la cultura ídish para las cuales no encontrábamos respuestas. Y eso siempre es una linda motivación para salir a filmar.

Leandro: Sí, lo que apareció en ese viaje nos sorprendió a los dos, pero sobre todo a mi. Paloma ya conocía bastante la historia de la cultura ídish, yo no. Todas esas preguntas sin respuestas de las que Paloma habla, sumadas a unos territorios absolutamente cautivantes, aparentemente detenidos en el tiempo, como si estuviéramos un siglo atrás, que además son una suerte de guardianes de esas melodías klezmer perdidas, fue lo que nos hizo sentir que ahí estaban todos los materiales con los que podíamos empezar a trabajar en nuestra película.

Y en esta complejidad de filmar una road movie y en lugares que parecen detenidos en el tiempo ¿cuales fueron las mayores dificultades con las que se encontraron?

Leandro: La mayor dificultad para mí era la idiomática. Más allá del registro observacional que hicimos de los personajes, también teníamos ideas para probar con ellos, escenas que surgieron de la escritura y queríamos filmar, y fue muy difícil intentar llevarlas a cabo porque siempre el diálogo estaba mediado por un intérprete, lo cual hacía que nunca pudiera fluir. Ya es difícil intentar dirigir a alguien con el que compartís el idioma, cuando encima agregás esa dificultad se vuelve muy complicado.

Paloma: Otra gran dificultad fue sin dudas la barrera burocrática de las fronteras. Pasamos jornadas enteras esperando en filas interminables para cruzar de un país a otro. Horas y horas declarando cada pedacito de cada equipo que traíamos con nosotros. 

"Lo que Paloma no sabía es que a mi el klezmer me interesaba tan poco como todo lo que tuviera que ver con la cultura judía"

¿Cómo trabajaron el aspecto de hacer una película juntos siendo pareja y al mismo tiempo trasladar esa pareja a la película?

Leandro: Desde que hicimos ese primer viaje de investigación en 2016 hasta que estrenamos la película pasaron casi 7 años. Ambos crecimos y cambiamos mucho durante todo ese tiempo. La pareja cambió, nuestros deseos cambiaron, la película cambió. Es muy difícil que algo que te interesa hoy, una idea cinematográfica por ejemplo, te siga generando deseo 7 años después. Supongo que es natural. Y creo que durante estos 7 años crecimos juntxs, junto a la película. Y aprendimos mucho el uno del otro, o por lo menos yo aprendí mucho de Paloma.

Paloma: Cuando trabajamos tenemos estilos muy diferentes, y muchas veces tenemos diferentes perspectivas de las mismas cosas, por lo que básicamente tuvimos que hablar mucho de todo para encontrar nuestros puntos comunes desde donde construir nuestro trabajo. Hablar entre nosotros es la única dinámica que tratamos de mantener siempre presente.

¿Cómo fue el proceso de financiación?

Leandro: En el 2017 ganamos un fondo del INCAA que se llamaba Incubadora de Cine Documental, que en ese momento era un premio en pesos equivalente a usd 100.000. El premio implicaba la obligatoriedad de una coproducción que complete el otro 50% de la financiación. Ahí pareció Austria, que consiguió fondos del Instituto de Cine Austríaco y la Televisión Pública Austríaca, entre otros. Mientras tanto nuestro premio se fue devaluando, pero fueron apareciendo otros fondos como Mecenazgo, el BAL, el Fondo Nacional de las Artes. Finalmente, en el último tramo de la producción ganamos el World Cinema Fund, y con eso pudimos terminar la película.

¿Se encuentran trabajando en otros proyectos?

Paloma: Sí, pero por ahora solo queremos descansar un poco porque los últimos meses fueron una verdadera locura para poder llegar a Berlín. Supongo que cuando baje un poquito el cansancio vamos a poder ponernos a pensar en lo que viene.

Titulo: Adentro mío estoy bailando

Año: 2023

País: Argentina

Director: Leandro Koch, y Paloma Schachmann