
Entrevista a Gabriel Azorín, director de El ruido del universo
Ante un cortometraje donde todo nace de un mensaje que genera una reacción ¿poética? ¿melancólica? ¿obsesiva? Es inevitable preguntar ¿cómo surgió la idea de crear un cortometraje que gira en torno a los pensamientos del protagonista?
El ruido del universo es una película elaborada a partir de la colisión de dos materiales. Por un lado, están las imágenes y los sonidos que registramos mientras acompañamos a Giovanni Truppi en su primera gira fuera de Italia. Ahí pudimos rodar algunos de sus conciertos en ciudades como Londres, París o Berlín y, en los tiempos muertos, poner en situación algunas escenas que yo tenía apuntadas. Como la experiencia fue muy satisfactoria y no teníamos muchas ganas de volver a Madrid, después de la gira decidimos quedarnos a vivir unos días con Giovanni en Roma, acompañarlo en su día a día y, de vez en cuando, poner en situación alguna otra escena que se me ocurría. El otro material que conforma la película es un extracto de un texto de la compañía teatral La Tristura para su pieza El sur de Europa al que aquí pone voz mi compañera de lacasinegra María Antón Cabot. Era un texto con el que yo llevaba obsesionado un tiempo y, cuando empezamos a trabajar el montaje, me interesó experimentar cómo estos dos materiales podían confrontarse y complementarse. En la película se superponen dos tiempos: el mental, que hace alusión al momento en que Giovanni escuchó la nota de voz de Clara y es un tiempo suspendido; y el físico, que es lineal y es el que nos muestra la cotidianidad de Giovanni. De ahí surge una pregunta: ¿cómo sigues con tu vida cuando hay algo que no deja de resonar en tu cabeza? Ahí hay una idea que me parece muy cinematográfica, y en la que profundicé bastante durante mi estancia en la Elías Querejeta Zine Eskola, que es la tensión entre la circularidad y la linealidad en las películas. Y, sobre todo, me interesaba que la película fuera un estado de ánimo con el que el espectador pudiera reconocerse y empatizar pero que a la vez resultara misterioso.
¿Cómo sigues con tu vida cuando hay algo que no deja de resonar en tu cabeza?
La utilización de la fotografía con grano y de tono apagado contribuye a este aire de melancolía que percibimos en todo momento sin importar lo que pueda estar sucediendo ¿cómo trabajaste estos aspectos?
A nivel formal seguimos el mismo hilo de pensamiento que te contaba. Por un lado, tenemos esos planos secuencia que nos muestran retazos de la vida de Giovanni -de su intimidad y de su trabajo como músico- y que se suceden a través de elipsis más o menos grandes. Y, por otro, está ese flujo subterráneo que representa la nota de voz de Clara. Luego hay localizaciones, que según cómo las mires, pueden ser muy cotidianas o muy marcianas. Por ejemplo, el tren con el que Giovanni cruza el Eurotúnel a mí me parece que puede ser una nave espacial o una máquina del tiempo. Y luego hay también un trabajo con el fuera de campo: tú en la película ves a un músico que toca en un club de una ciudad europea y luego vuelve a Roma para seguir con su vida pero por ahí resuenan Adán y Eva y el paraíso, la Atlántida… Motivos que expanden el imaginario de una película que en principio es muy pequeña. Y, por último, y para terminar de responder tu pregunta, pensábamos que el ruido que aturde a Giovanni tenía que estar en todas partes: en el sonido, en su música, en el grano de la película… Hasta en el título.

Hay algo en el protagonista, que a través de sus gestos parece contarnos mucho más que lo que podría decirnos con palabras ¿cómo fue trabajar con él y cómo se prepararon?
Yo me enamoré de Giovanni desde la primera vez que lo vi. Me parece que tiene una forma de estar en el mundo muy genuina, muy suya. Pero, claro, como creador, él está acostumbrado a tener el control de la situación y aquí tuvo que hacer un ejercicio en sentido opuesto. Yo le daba muy poca información porque no quería que actuara, quería capturar esa hondura suya que me fascina. Además no había un guion al uso sino que la película se iba escribiendo mientras la rodábamos. Creo que eso le generaba cierta incertidumbre pero fue muy generoso y terminó aceptando el desafío. Hay que tener en cuenta que la película juega con ciertos elementos de su realidad para crear una ficción pero que en la película hay un material muy sensible que pertenece completamente a Giovanni como son sus canciones, sus procesos creativos y, claro está, su cuerpo. Luego yo creo que la película tiene mucha fe en el espectador y sabe que todos hemos visto muchos melodramas y muchas películas de amor y manejamos perfectamente esos códigos. Así que hay un montón de cosas que no hace falta que se cuenten. Eso me permite concentrarme en lo que me interesa y dejar todo lo demás fuera.
No había un guion al uso sino que la película se iba escribiendo mientras la rodábamos.
Por momentos en algunas escenas, filmaste de una forma mucho más teatral ¿a qué se debe esto?
Como te decía, hay secuencias que están registradas de manera más documental y otras que son una puesta en situación, un juego que yo le propongo a Giovanni. Pero lo que yo creo que las unifica es la puesta en escena y el hecho de estar todas filmadas en plano secuencia. Eso, y rodar en 16mm con la consiguiente limitación de metraje, hizo que Giuseppe Truppi (director de fotografía) y yo pensáramos mucho dónde colocar la cámara y cuál era la distancia adecuada en cada situación.
¿Qué expectativas tenés para el estreno mundial del cortometraje en el festival de Reijkavik?
El hecho de que esta película exista ya es una alegría para mí. Como lo será compartirla con el público de Reikiavik y ver cómo la reciben y la completan. Gran parte del mérito de que esto vaya a pasar corresponde a mi socio y amigo Carlos Pardo Ros, que fue el que me convenció para que la terminara cuando yo andaba pensando en otros proyectos. Y es que esta es una película que se ha hecho gracias a la generosidad de unos cuantos amigos como son Óscar Vincentelli (que me acompañó tanto en el rodaje, donde hizo el sonido, como en el montaje), Cristina Hergueta, Guillermo Benet o Gonzalo Salazar-Simpson. A todos ellos quiero aprovechar esta entrevista para darles las gracias.
¿Te encontrás trabajando en otros proyectos?
Ahora mismo estamos terminando de financiar y acabamos de empezar con el casting del que será mi primer largometraje de ficción que se titula Anoche conquisté Tebas y cuenta el encuentro imposible de António y Jota, dos chicos portugueses que van a pasar la tarde a unas antiguas termas romanas, con Aurelio y Pompeyo, dos de los soldados que las construyeron 2000 años antes. Si todo va según lo previsto, comenzaremos el rodaje en noviembre de 2023.

Titulo: El ruido del universo
Año: 2022
País: España
Director: Gabriel Azorín
