Por Antonella Defranza
¿De dónde surge la idea de filmar La creciente?
Teníamos conocimiento de ese territorio que son las islas del Paraná, porque uno de nosotros es de San Pedro. Siempre nos pareció un lugar interesante y misterioso, y pensamos que ese paisaje cultural nos podía servir de escenario para contar una historia. Pero también teníamos en claro que no queríamos un relato donde la naturaleza se presente como algo bello, prístino. La naturaleza es caos. Una vez definido esto, pensamos en un personaje que fuera arrojado a ese universo litoral, que irrumpa en la tensa calma de las relaciones sociales que se dan en ese espacio marginal, donde los límites interprovinciales se desdibujan. Y apareció Matía, un pibe, un guacho que huye, que intenta sobrevivir en un mundo que le presenta pocas chances de futuro.
Si bien ya habían trabajado antes juntos ¿Cómo fue la experiencia de la co-dirección de esta película?
Fue muy buena. Podríamos decir que se da de manera bastante natural, aunque si lo pensamos mejor es fruto del trabajo que venimos desarrollando en conjunto hace más de diez años. Escribimos los guiones y los dirigimos, y en el atravesar esa experiencia ya tenemos un montón de puntos, contrapuntos, coincidencias y disidencias resueltas. Por eso a la hora del rodaje disfrutamos trabajar porque la cosa ya viene bastante hablada, y nos entendemos bien.
Hay un gran trabajo de producción en la película ¿Cómo fue el desarrollo del proyecto y su financiación?
Sabíamos que era un proyecto de realización compleja, por lo que implica rodar en una zona de islas donde no hay luz eléctrica ni comodidades básicas. Por eso hicimos un trabajo meticuloso para conocer el terreno, sus ventajas y limitaciones. Una vez que creímos que era factible llevar adelante el proyecto, HAIN CINE aportó su experiencia y financiamiento, para luego hacer el circuito INCAA donde quedamos seleccionados en Segunda Vía.
El personaje protagonista está muy bien interpretado por Cristian Salguero ¿cómo llegan hasta él?
El actor que personificara a Matía tenía que tener un extra, algo que escapa a la educación actoral formal. Tenía que poder transmitir desde el vamos con su presencia, lidiar con animales, barro, nadar en el río en invierno, exponer su cuerpo, entregarse a un personaje estallado. Pero no queríamos trabajar con alguien que no tuviera experiencia en cine, por eso la búsqueda era acotada. Recordamos la película La Patota, de Santiago Mitre, y ahí buscamos hasta dar con su rostro que nos pareció interesante, fuerte, austero. Después cuando lo contactamos y lo conocimos en persona no nos quedó ninguna duda: era él.
En cuanto a la estética del film, es una película con una muy bella fotografía y montaje, de tiempos largos, pero con mucha acción, que a su vez en metraje es corta. ¿Cómo fue este trabajo?
Hay una estética que nos define bastante que es trabajar con luz natural y planos secuencia. En nuestro breve recorrido en el cine, hicimos de estas herramientas una forma de narrar. Aunque no quiere decir que sea la única forma en la que trabajaremos más adelante, pero hay algo en este registro de tono documental que nos gusta y que tiene que ver con el tipo de relato que queríamos construir. Nos gusta que la cámara vaya contando, que se mueva, que vaya y venga, que acompañe, que descubra, que se ensucie. Y por sugerencia de los productores conocimos a Eric Elizondo, Director de fotografía que terminó de sintetizar con su gran trabajo la estética de La Creciente. La intención desde un principio era hacer una película de tiempos largos donde la acción sea lo que desencadene la vida de los personajes, y el metraje, bueno, quizás no teníamos la intención de que sea corta, pero sí de que sea compacta.
¿Qué significa para ustedes ser parte de la Competencia Argentina en este BAFICI?
Para nosotros es una alegría enorme, después de tantos años armando este proyecto, con sus idas y venidas, lo sentimos como un mimo al trabajo y el esfuerzo realizado. No fue fácil llevar adelante este largometraje, por las dificultades propias de la producción, y el financiamiento. Confirma que en lo que venimos trabajando hay algo que cuenta, que narra, que expresa.
¿Qué importancia tienen los festivales nacionales en la divulgación de nuestro cine y cómo ayudan a jóvenes directores como ustedes?
Cuando realizamos nuestro primer largo Rodríguez, que lo hicimos con un grupo de amigues en un auto viajando por el litoral, no sabíamos en qué podía terminar esa aventura. Llegamos, montamos y quedamos seleccionados en el Bafici. Ese festival nos ayudó a enfocarnos más en lo que queríamos hacer, que básicamente es contar historias a través de una lente, y atravesar la experiencia que supone eso (por lo general traumática y hermosa). Lo que queremos decir con esto, es que este tipo de festivales no sólo aportan en la divulgación del trabajo que realizan jóvenes directores, sino que también motivan para seguir absorbiendo saberes relacionados a la experiencia de hacer cine.
¿Qué directores admiran o les sirven de referencia?
Relacionados con la búsqueda de la Creciente, nos gusta Lisandro Alonso, Reygadas. Y más macro, hay muchos, pero flasheamos con Benjamín Naishtat, Ruben Ostlund, Haneke, Seidl Ulrich, Lucrecia Martel, y más.
¿Qué hacen Demian Santander y Franco González cuando no hacen cine?
Franco: Un poco de todo, pero básicamente trabajo en Comunicación en el Ministerio de Salud de la Nación, soy delegado gremial de la Junta Interna de Ate Salud; y despejo la cabeza con avistaje de aves y plantas nativas.
Demian: Trabajo Como Director y Director de Fotografía, a veces para TV y otras para publicidad.
¿Cómo ven el panorama del cine nacional?
Muy mal. La verdad que poder hacer un largometraje hoy en día se pone difícil, las nuevas reglamentaciones del INCAA, el retraso de los comités de selección de proyectos; son varias las trabas que en los últimos años hacen que poder terminar un largo sea una aventura donde se depende más de la tracción individual, que de una política pública orientada al fomento del cine nacional, como pudimos empezar a transitar años atrás. Hoy son muchxs compañerxs que se encuentran sin laburo, freelanceando lo que pueden, sin mucha perspectiva de que esto pueda cambiar al menos en los próximos meses.
¿Se encuentran trabajando en algún nuevo proyecto?
Apenas comenzando a definir hacia dónde queremos ir con nuestro próximo proyecto, tanto en la estética que queremos flayear, como el mundo al que nos queremos zambullir. Cada idea que encaramos no es sólo una historia a contar, nos gusta meternos y no salir ilesos. Con esto queremos decir que para nosotros, hacer cine tiene que ver con qué vida queremos vivir. Y hoy es una que se pregunta sobre la ecología careta, donde la construcción de un mundo eco friendly esconde un mensaje individualista que nos hace creer que con sólo separar la basura el ecocidio se podrá detener. En esa andamos⚫
Título: La creciente
Año: 2019
País: Argentina
Director: Franco González y Demián Santander