Entrevista a Denis Côté

“Ahora tengo cincuenta años y no tengo hijos, casa, licencia de conducir ni coche. Tiendo a alejarme de lo que la gente llama “logros” en la vida o como sea que lo definan. El cine es mi vida y, de alguna manera, con un poco de exageración, diría que me estoy convirtiendo en un marginado.”

En tus películas anteriores exploraste comunidades o individuos con formas de vida únicas. ¿Ves a Paul como una continuación de ese interés o representa algo nuevo para ti?

Probablemente sí, siento una fuerte conexión con estos personajes. Ahora tengo cincuenta años y no tengo hijos, casa, licencia de conducir ni coche. Tiendo a alejarme de lo que la gente llama “logros” en la vida o como sea que lo definan. El cine es mi vida y, de alguna manera, con un poco de exageración, diría que me estoy convirtiendo en un marginado. Creo que me interesa de forma natural la gente que decide vivir de manera un poco diferente.

Paul se describe a sí mismo como un “simp” (Simp es un anglicismo y término que describe a alguien que muestra excesiva simpatía y atención hacia otra persona) ¿Cómo navegaste el equilibrio entre su autoimagen y la forma en que el documental lo retrata? Me parece muy atractiva la empatía que manejaste.

Si, hice esta película desde una perspectiva muy empática, sin tratar de comprender o confrontar a Paul de manera absoluta. Es observación, no psicología. No quería engañarlo. Si ha creado un personaje con el que se siente cómodo, que así sea. Tal vez esté jugando un poco, tal vez realmente le interesen esos fetiches, pero no quise interferir ni juzgar.

¿Y cómo trabajaste para garantizar que el retrato de Paul fuera respetuoso y matizado?

Desde el principio, sentí que a Paul no le interesaba ver mis películas ni hacerse amigo mío. Para él, la película era una forma de probar algo nuevo, nada más. Como no le gusta interactuar demasiado con hombres, decidí ser solo una presencia, no un amigo. Me pidió que respetara dos reglas: no filmar ni conocer a su familia y no retratarlo como un “pobre” hombre gordo siendo golpeado por mujeres. Traté de mostrar diversidad en los actos y situaciones de la película, añadiendo humor y excentricidad, pero siempre manteniéndome fiel a su vida cotidiana.

Exploras el aislamiento y la introspección de una manera muy particular. ¿Qué te interesaba transmitir sobre la soledad a través de él?

Me interesaba la forma en que Paul encuentra estrategias para engañar a la soledad que siente cuando está “atrapado” en casa. Hace estas limpiezas para olvidar su soledad. Su teléfono también es un refugio, un espacio donde puede ser creativo y escapar de la monotonía de su realidad. Me pareció algo peculiar, pero no particularmente triste. Paul es ingenioso y creativo en la manera en que maneja su ansiedad.

El documental sugiere que Paul encuentra un sentido de control y estructura en su vida a través de sus prácticas. ¿Cómo ves la relación entre su ansiedad, su “fetiche” y su necesidad de documentarlo todo?

Parece equilibrado y muy desequilibrado al mismo tiempo. Paul necesita mostrarse sin el riesgo o la necesidad de interactuar con personas en la vida real. Todo en su vida es muy transaccional. Se podría decir que todos se usan entre sí en el mundo consensuado en el que vive. Al final, siento que su rutina es una especie de refugio seguro y espero que logre romperla en ocasiones. En ese sentido, la película fue positiva.

Planteas muchas preguntas sobre cómo construimos nuestra identidad en internet. ¿Crees que Paul es un personaje diferente en sus videos que en la vida real?

Definitivamente es más creativo y divertido en sus videos. Se proyecta una imagen positiva para contrarrestar lo que realmente siente sobre sí mismo. Es difícil decir que Paul hace algo “malo”. Las redes sociales, las limpiezas, sus fetiches de sumisión son como una prisión feliz para él. No estoy seguro de quién debería liberarlo, porque tampoco estoy seguro de que quiera salir.

¿Sentís que Paul se conecta con alguna de tus películas anteriores? ¿Ves este trabajo como una evolución en tu cine?

Esta película es más cálida y empática porque Paul me obligó a que lo fuera. Tenía que ser una experiencia positiva para todos los involucrados. Creo que Paul es la tercera película que hago con la necesidad de proteger a mis personajes (A Skin So Soft en 2017, That Kind of Summer en 2022, y ahora Paul en 2025). Es interesante, pero no lo veo como mi principal objetivo ni como una señal particular de evolución. Me interesa la hibridez, la experimentación y el riesgo en el cine, y siempre quiero probar cosas nuevas.

Mencionaste en algunas entrevistas que te interesa más generar preguntas que ofrecer respuestas. ¿Qué preguntas esperas que surjan en el espectador después de ver Paul?

Hasta ahora, los Q&A han sido muy largos cuando presento Paul. La gente se siente confrontada y muy curiosa sobre él y la película. Quiero que el público vea que existen todo tipo de estilos de vida y elecciones dentro del mundo del fetichismo. Pueden ver a Paul y reflexionar sobre sus propias elecciones íntimas.