Por Mauro Lukasievicz
En Monstruo Dios hiciste una asociación de distintos elementos, y de todo tipo para contar una breve historia y lograste casi prescindir de los diálogos ¿Cómo surgió la idea?
La idea de esa estructura de trinomio fantástico se terminó de configurar en el montaje. De todas formas, desde el inicio de Monstruo Dios ya estaba la premisa de tomar distintos elementos, casi elegidos caprichosamente, y configurarlos conviviendo en un mismo espacio. Personalmente, creo que cuando un capricho es coherente y se hace cargo de sí mismo, es un hecho fantástico y refrescante. Pero, quizás precisamente por esa idea arriesgada de unir a una vaca, la electricidad y una chica dark (y un par de otros elementos que depuramos en el camino) es que costó tanto editar este relato. En montaje logramos reducir el cuento a la matiz de lo esencial, pero fue una tarea nada fácil. Todo era esencial y nada era esencial al mismo tiempo. Al final, sólo queda el instinto.
¿Trabajaste con un guión fijo o realizaste ese trabajo en el montaje final?
El trabajo grueso de narración cobró sentido en el montaje final. Hasta ese entonces era todo instinto. Es preciso aclarar que no hice el trabajo de post sola: tuve dos montajistas colaborando y un millón de amigos y seres queridos que veían el corto y me decían qué sentían, una y otra vez. Y esto fue esencial porque al contar un relato huyéndole a las estructuras clásicas e intentando de usar puramente la yuxtaposición, es que uno entra en una vorágine muy subjetiva y pierde la perspectiva. Eso es lo más difícil de editar, para mí. Con la costumbre, pierdo la perspectiva y la inocencia. Bueno, ahí empiezo a llamar a todos mis amigos para que me presten la suya.
Hay algo de apocalíptico en el cortometraje y que se resume increíblemente bien en tan solo 10 minutos ¿Cómo fue el proceso de filmar y cómo encontraste las locaciones adecuadas?
La idea fue siempre buscar un pueblo donde todas las casas sean iguales porque estaba la idea de la niña dark escapando, entonces me interesaba aprovechar la locación para contar que, salvo ella, todos los demás son iguales entre sí (y así buscar una no-pertenencia).
Ahí nos ayudó Bafilm. Encontramos Las Colonias en Lanús y fue fantástico. Había algo de lo religioso, lo gótico y lo medieval que, no sé, simplemente tenía sentido. El apocalipsis de las imágenes tiene mucho que ver con el trabajo de post que hicimos con el color y los VFX en generar una cosa gris, turbia, neblinosa. Draculesca. Eso sumado a las inminentes alarmas de la fábrica ya sin duda nos disparan apocalipsis. Creo que, en verdad, gran parte del apocalipsis se da por el imaginario colectivo, y nosotros usamos esos pequeños lugares comunes.
Monstruo Dios participó de la competencia oficial de cortometrajes del festival de Cannes y recibió la Mención Especial del Jurado ¿Cómo fueron las proyecciones y qué sensaciones te quedaron?
Fue todo alucinante y divertido. No esperábamos nada y pasó todo. Me quedé claramente muy contenta con la experiencia, principalmente porque, junto a mí, estaban varios compañeros que estudiaron conmigo en la UBA con sus distintos proyectos. Estábamos muy orgullosos de representar a la universidad pública en Cannes.
¿Cómo se financió Monstruo Dios?
Monstruo Dios se financió de nuestros bolsillos, los bolsillos de Imprudencia (nuestra productora), Caudillo Cine (co-productores), y otros que hicieron posible que podamos filmar. Tuvimos sin duda la suerte de contar con el apoyo de gente fantástica que nos hicieron pagable la experiencia. También usamos un premio de Post de sonido en Pomeranec que había ganado previamente en el Bafici con un premio que recibió el corto anterior, La prima sueca (que co-dirigí con Inés Barrionuevo).
El cine argentino se encuentra en un momento muy delicado ¿Qué opinas de la situación actual y hacia dónde crees que se dirige?
Es todo delicado y preocupante. Claramente me parece terrorífico lo que sucede. Honestamente, no sé qué va a pasar con nada porque estamos en un momento de total incertidumbre. Un día viene un gobierno que colabora con el patrimonio cultural, y otro día llega uno que lo destruye. Y así, y así. Creo que lo importante es que la gente entienda que la destrucción del cine nacional es una forma aniquilar nuestra identidad cultural, una forma de borrarnos, de callarnos, de hegemonizarnos. Básicamente, un argentino que atenta contra el cine nacional es un argentino que apoya el borrar su propia cultura del mapa.
Sabemos que estás trabajando en El sueño de la bestia, tu primer largometraje, ¿En qué etapa se encuentra y en qué otros proyectos estás trabajando?
Estoy trabajando en mi ópera prima, sí! El sueño de la bestia. En este momento, estoy cerrando el montaje. La idea sería que salga a la luz el año que viene. No quisiera revelar mucho más: hacer una primer película, después de haberla soñado por tantos años, es un hecho trascendental. No sé qué más viene por delante porque sólo planeé mi vida hasta la primer película. Ya escribí otra. Supongo que voy a seguir ese proceso. Quizás escribir más guiones para los demás y que el trauma de filmar lo vivan los otros. No sé. Las cosas irán tomando su cursoU
Titulo: Monstruo Dios
Año: 2019
País: Argentina
Director: Agustina San Martín
Funciones de Monstruo Dios en el 34º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: