“La esencia”
Por Laura Santos
La cineasta Claire Simon, al igual que su colega documentalista Frederick Wiseman, tiene un interés particular en las instituciones y el flujo humano que les da vida. Sin embargo, mientras que Wiseman tiende a mostrar una visión más global y estructural, Simon opta por una mirada cercana y personal, destacando rostros y personalidades dentro de la comunidad institucional. Este enfoque íntimo se refleja en Elementary, su último documental, ambientado en una escuela primaria pública situada en el suburbio de Ivry-sur-Seine, en París, un lugar que ya había explorado en su documental sobre secundaria, Young Solitude (2018).
En Elementary, Simon observa con atención el cotidiano de los docentes y estudiantes mientras enfrentan los retos de la educación, la comunicación y el conflicto en un ambiente escolar. El documental se desenvuelve con un tono amable y humorístico, pero no deja de plantear una crítica implícita a las dificultades del sistema educativo público francés. A través de escenas vívidas en las aulas y en el patio, Simon nos muestra un mundo donde el compromiso del cuerpo docente es inquebrantable, a pesar de los recursos limitados. Los profesores no solo asumen el rol de educadores, sino también de cuidadores y consejeros, y adoptan un enfoque menos autoritario, manteniendo un trato cercano y equitativo con sus alumnos, con un ambiente de respeto mutuo y cooperación.
El estilo informal de los docentes, desde la vestimenta hasta los tatuajes visibles, y el tono progresista de las interacciones en clase —donde temas complejos como la religión o lo sobrenatural se abordan abiertamente— destacan una atmósfera educativa que se aleja de la rigidez. Un momento especialmente conmovedor ocurre cuando un grupo de estudiantes de segundo grado interpreta la canción “Dommage” de Bigflo & Oli, cuyo contenido sobre la soledad y las aspiraciones frustradas resuena con madurez en los pequeños cantores. Más adelante, una interpretación de una canción de El Rey León aporta un toque de ligereza.
Simon nos lleva también a las clases convencionales, como las de matemáticas y gramática, donde los niños son guiados con paciencia, sin correcciones bruscas. Incluso juegos como el de las damas se integran al aprendizaje, fomentando el pensamiento estratégico y habilidades interpersonales, esenciales tanto para ganar como para aceptar la derrota. Con Elementary, Simon captura la esencia de una institución en la que el aprendizaje va más allá de lo académico, construyendo un espacio donde los estudiantes no solo aprenden, sino que crecen como personas en un entorno diverso y cambiante.