“¿Quién será capaz de continuar con esto que he creado?”
Por Kiara Warmerdam
El niño y la garza de Hayao Miyazaki narra el tránsito por el duelo de la muerte de su madre de un niño llamado Mahito. Es inevitable relacionar esta película con el resto de las producciones del Studio Ghibli y especialmente con las obras de Miyazaki de este periodo, dado que, al igual que su anterior película El viento se levanta, mantiene una esencia particular que remite en cierto punto a una despedida o un cierre.
El niño y la garza comienza mostrándonos la muerte de la madre de Mahito, a causa de un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial a Tokyo. Quizás desde el lado más personal de Miyazaki, aparecen recuerdos de su propia infancia donde se materializan en imágenes del cielo prendido fuego, el privilegio de poder huir y la fábrica de aviones de su padre; nos encontramos con una visión del mundo más oscura pero sin perder los elementos maravillosos que se encuentran en el resto de su filmografía. Mahito debe entablar y aceptar el vínculo con su nueva “madre” (su tía), pero no sin antes procesar el duelo de la anterior. Se mudan con su padre a la casa de la familia materna, en la cual Mahito se encuentra con la señoras y señores de la casa afectadas profundamente por los efectos de la guerra, el hambre y la escasez. Es en la casa donde aparece un primer encuentro con la Garza, quien se refiere a Mahito como el elegido y provoca con comentarios bastante crueles para que se acerque a la extraña torre prohibida por la familia y las señoras. La crueldad y el descaro de la Garza funcionan como ejemplo de esta oscuridad que caracteriza a la película, donde no hay piedad con Mahito, y es constantemente recordado de que su madre ha muerto y no podrá verla de vuelta. Solo cuando ve a Netsuko, su tía adentrándose en el bosque embarazada, es cuando logra morder el anzuelo y entrar a la torre bajo las provocaciones de la Garza.
Así, ya en el interior de este nuevo mundo, bajo el pretexto de encontrar y regresar a Netsuko al mundo normal, Mahito se adentra en las raíces de un universo que parece estar relacionado con su propia familia. Es interesante ver cómo en este mundo, Miyazaki plantea la posibilidad de una diferencia y a su vez algo que parece instintivo y común y horrible, como algo inevitable. En relación entre el mundo normal y el maravilloso, en ambos encontramos lo peor de la humanidad y de la especie en este caso, de los periquitos -personajes muy memorables-; la corrupción, la guerra, el hambre insaciable capaz de engañar a aquellos humanos que se acerquen con tal de comerlos, la necesidad de un líder, entre otras cosas. Y a su vez, Miyazaki logra aun así reflexionar también sobre la belleza de estos mundos, recordándonos que así como podemos destruir también podemos generar vida, algo nuevo y puro que contrarreste la maldad de estos mundos, ya sean los Warawara o el bebé de Netsuko. Miyazaki nos regala su reflexión sobre el mundo que le ha tocado vivir y a su vez trata de darnos una perspectiva sobre los sentimientos más humanos como el amor, el duelo y el olvido. Mahito logra encontrarse no solo con su tía sino con su madre de joven en este mundo que los conecta, porque es justamente la historia lo que siempre compartieron y los unirá; entonces este mundo maravilloso no solo funciona como un espejo de nuestro mundo sino que es el punto de conexión familiar y atemporal que Mahito y su madre pueden atesorar y compartir a pesar de la muerte. El tío de generaciones lejanas, que no ha fundado el mundo pero sí que lo ha construído, en busca de un heredero nos remite al propio Miyazaki y su historia familiar con sus descendientes. ¿Quién será capaz de continuar con esto que he creado? Hace falta remarcar, que en la búsqueda de este “heredero”, hay una necesidad excluyente de pureza e intenciones genuinas y benévolas. Solo quien puede reconocer la maldad en los pilares que construyen a este mundo, es capaz de hacer algo bueno. Y Miyazaki nos deja en claro que quien es capaz de cumplir con estos requisitos, rechazará el puesto como lo hace Mahito, dejándonos también si se quiere su propia respuesta ante el poder.
Es entonces que Mahito luego de recuperar a Netsuko y despedirse de su madre quien lo recibirá con gusto, vuelven a su tiempo y espacio. Y la Garza le advierte que se olvidará y debe olvidar todo esto, casi como una obligación para poder seguir. Olvidan y vuelven a Tokyo años más tarde, un lugar donde supo ser cuna de los dolores más profundos para la familia pero que ahora representa un nuevo comienzo y un nuevo hogar.
Titulo: El Niño y La Garza
Año: 2023
País: Japón
Director: Hayao Miyazaki