A un año de la llegada de Carlos Pirovano a la presidencia del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Espacio Nacional Audiovisual difundió un comunicado en el que califica de “altamente negativo” el balance de su gestión. A contramano de lo prometido —el cumplimiento estricto de la Ley de Cine—, las decisiones tomadas por Pirovano no solo contradicen esa normativa, sino que, según el sector, han deteriorado de forma inédita el ecosistema audiovisual del país.
El dato más contundente: durante su mandato no se ha aprobado ni una sola película argentina. Es la primera vez en la historia del INCAA que sucede algo así.
Las medidas más cuestionadas incluyen la eliminación de los instrumentos tradicionales de fomento a la producción, como la “preclasificación de proyectos”, mecanismo esencial para la previsibilidad económica de las productoras. La sustitución de los subsidios por créditos bancarios —un modelo ampliamente demostrado como ineficaz para la industria— ha resultado inviable, y la aplicación de decretos como el 662/2024 y el 984/2024 ha introducido restricciones y retroactividades que generaron pérdida de financiamiento, empleos y viabilidad para decenas de proyectos.
Además, la limitación en el reconocimiento de costos reales de producción y la desarticulación de concursos históricos han dejado a gran parte del sector sin herramientas de trabajo.
Otro punto crítico ha sido el desmantelamiento del sistema de exhibición y promoción del cine nacional. La Resolución 16/2024 cortó el apoyo a festivales y organismos provinciales, y se eliminaron medidas como la cuota de pantalla y las ayudas a lanzamiento. Mientras tanto, el Cine Gaumont —emblema de la cinematografía argentina— ha sido colonizado por películas extranjeras, y la plataforma Cine.ar fue transferida a la Secretaría de Medios, lo que pone en duda su futuro. El resultado: el cine argentino representó en 2024 apenas el 2,19% de la taquilla total, un descenso del 60% respecto del año anterior.
En el plano internacional, la renuncia a organizar el mercado Ventana Sur y el retiro de apoyos económicos a películas que representan al país en festivales han disminuido drásticamente la visibilidad del cine argentino en el mundo.
Desde el sector, aseguran que presentaron propuestas concretas para reactivar la industria respetando y mejorando el marco legal vigente. Se ofrecieron modelos exitosos de otros países y se advirtieron las consecuencias de las decisiones adoptadas. No fueron escuchados.
“El cine argentino atraviesa una crisis sin precedentes”, concluye el documento, y alerta sobre los efectos irreversibles que estas políticas ya están provocando.
Puntos destacados del informe:
1. Eliminación de los instrumentos de fomento a la producción
· La supresión de la “preclasificación de proyectos” ha impedido que las productoras cuenten con previsibilidad respecto a los subsidios que podrían obtener, dificultando la elaboración de planes económicos y la formalización de coproducciones internacionales, lo que ha provocado la pérdida de recursos genuinos para la producción nacional. Muchas producciones que ya contaban con fondos internacionales asignados han tenido que renunciar a esos recursos debido a la falta de reglas claras, afectando proyectos que llevaban años de desarrollo e inversión.
· La implementación de créditos bancarios como herramienta de fomento ha demostrado ser ineficaz. La historia ha probado reiteradamente que este mecanismo no funciona en la industria cinematográfica debido a la naturaleza de su ciclo económico. Como resultado, ninguna productora ha accedido a estos créditos.
· La promulgación del Decreto 662/2024 ha introducido una restricción injustificada: un año de espera para solicitar un nuevo subsidio tras haber recibido otro. Esta medida limita gravemente el desarrollo de las productoras y al extender la restricción a integrantes y administradores de las empresas desconoce el principio de personalidad jurídica diferenciada establecido por el Código Civil y Comercial de la Nación.
· En un intento de corregir errores, se impulsó el Decreto 984/24, el cual solo agravó la situación. Su aplicación retroactiva ha perjudicado producciones en curso, afectando la previsión financiera para el pago de salarios y cargas sociales. La alteración arbitraria de las reglas ha generado una pérdida significativa de empleo en una industria ya en crisis.
· La limitación del reconocimiento de los costos de producción al 50% de los reales, sin justificación lógica y en contra de lo dispuesto por la Ley de Cine, ha dificultado enormemente el recupero de las inversiones.
· Los concursos destinados a descubrir nuevos talentos no pueden sustituir los mecanismos de fomento a la producción establecida en la Ley de Cine como principales herramientas.
2. Retiro del apoyo a la difusión y comercialización del cine nacional
· Mediante la Resolución 16/2024, se suspendió el apoyo económico a festivales y organismos provinciales, limitando el acceso del público a un cine nacional diverso y favoreciendo exclusivamente a las grandes compañías internacionales.
· Se eliminaron herramientas como la cuota de pantalla, la “media de continuidad” (que permitía extender la exhibición de películas exitosas en salas comerciales) y las ayudas a lanzamiento, dificultando la planificación de estrenos y limitando el acceso del público a un cine nacional diverso.
· El cine Gaumont, que se dijo debía ser “el Teatro Colón del Cine Nacional”, ha pasado a programar cine internacional, el mismo que exhiben las salas comerciales, desplazando el cine argentino de sus pantallas..
· Se transfirió la plataforma Cine.ar a la Secretaría de Medios y Comunicación de la Presidencia, generando incertidumbre sobre su continuidad. Como resultado de estas medidas, en 2024 la participación del cine argentino en la taquilla fue la más baja registrada, representando apenas el 2,19% del total, una caída del 60% en comparación con 2023.
3. Pérdida de presencia en el ámbito internacional
· Se renunció a la organización del mercado “Ventana Sur” en Argentina, que desde hace más de 15 años servía como plataforma de acceso internacional para las productoras nacionales.
· Se retiró el apoyo económico a películas participantes en festivales internacionales, reduciendo la visibilidad del cine argentino y limitando su acceso a nuevos mercados. En el inicio de esta gestión, se afirmó que “nunca veríamos a este Presidente pasearse por los festivales de cine”. Sin embargo, recientemente se hizo presente en los festivales de Berlín y Málaga en representación del cine argentino, el mismo que su administración está impidiendo producir. Pronto será evidente la ausencia de nuestras películas en esos espacios.