El eje se corrió de mí. Me partí en dos y ahora hay otro que está primero, un otro hijo, un otro espejo, un otro que me hace ver el mundo de un modo nuevo. Me despido de esta columna en su carácter auto referencial, porque el eje se corrió de mí y quiero pensar la actuación en conversaciones con otros; con actores, directores, técnicos, guionistas, periodistas, espectadores. Pero antes de virar hacia las aguas de las conversaciones con otros para entender mi oficio y el cine, voy a hablar una vez más de mí y de cómo me partí en dos.
Aquí fragmentos y anotaciones de mis días puérperos:
31/1
El 29 de enero a las 15.10 nació Baltazar. Siento el amor y la vida. Tengo una gratitud profunda. Con este bebé, con mi cuerpo que lo parió, con Sebastián que no se despega de mi lado y nos protege como dragón que es, con los abuelos que rebalsan de felicidad. Dar vida es expandir el amor. Hoy a la madrugada no podía parar de llorar y agradecerle a Bata por elegirnos, por elegir a esta familia, por nacer tan bien.
Ya estamos en casa, el jardín está estallado de verde, la huerta de rojo de tomates, todo es una gloria. Balta nació fuerte y completo, 41 semanas y tres días, que fueron largas pero cocinaron a este bebé.
5/2
Fuimos al primer control. El bebé engordó muy bien. En la consulta se le cayó el cordón umbilical. A la noche lo bañamos por primera vez. Después de bañarlo le di la teta y cuando se durmió tuve un ataque de llanto. Lloré como un bebé, lloré como llora Baltazar. Llanto primal, llanto de haberme partido, de no estar nunca más sola, de que siempre voy a pensar en él antes que en mí, llanto de un amor tan grande que me rebalsa, me expande y me deja cerca de mi cría, lo más cerca que puedo, en nuestro fortín, en nuestra casa.
Miro el techo durante minutos largos, como en la adolescencia. Sigo el trayecto de una araña, que no se vaya a meter con Baltazar. Pienso en mi vagina, en mi periné, en mi vulva presente en la sensación todo el tiempo. Les digo que vuelvan a su lugar, que vamos a seguir gozando juntas, que nos estamos acomodando todos.
Mi hijo es el bebé más lindo del mundo, el más suave. Duerme a mi lado mientras miro el techo. Se tira un pedo, hace una mueca, sigue dormido.
Hoy no me dejaba almorzar, así que almorcé con él prendido a la teta. Son las 15 y pico de martes, hace una semana exacta nació Baltazar.
6/2
Hoy a la tarde me sentí la esclava de mi bebé. Buscando complacerlo, trastabillando, explicándole que sería bueno que nos entendamos así puedo complacerlo y hacer cosas como ir al baño, dormir una siesta juntos, comer. ¿Cómo voy a hacer para enseñarle los hábitos y las rutinas? Parece todo caótico ahora. Tiene una semana y un día mi bebé. Que reine el caos.
Llegó Seba y lloré. Tomamos unos mates y charlamos, nos extrañamos hoy. Aproveché que Balta dormía desmayado post teta y baño y salí al chino, mi gran emancipación del día. Lloré en las tres cuadras de caminata hasta el supermercado, lloré por volver a mí un ratito en tanta despersonalización. Caminé rápido, urgida de que Balta no se levante y yo le falte. Tuve un nivel de enfoque y efectividad en el súper que jamás tuve. No olvidé nada, es más, me acordé de cosas que no habíamos enumerado para la compra y eran necesarias. Quizás estos momentos de emancipación sean como una droga que me enfoca y centra.
15/2
Dieciocho días de vida tiene mi cachorro y ya no puedo concebir la vida sin él. O sí, pero sería tristísimo. Ahora duerme. Se resistió bastante a dormir esta siesta. A veces se resiste, a veces se desmaya.
El lunes llevo la guitarra al luthier, quiero un reencuentro ahí, con la guitarra, y con mi actriz. Siento que lo mejor está por venir, que lo mejor está ocurriendo.
19/2
Mis tetas son más grandes que la cabeza de mi hijo. Ayer fue luna llena y hoy amanecimos todos cansados. Hace calor, 19 de febrero, Baltazar tiene 20 días. Hoy quería volver a hacer yoga, unos saludos al sol, pero me puse a escribir. Pensé que después de parir iba a poder volver a dormir boca abajo, pero ahora que no está la panza están las tetas llenas de leche. Boca arriba si puedo dormir, embarazada no podía. Y de costado también duermo, mirando a mi cachorro.
20/2
Hoy pensé que quizás no sea una mamá divertida para jugar. Que se me puede acabar el repertorio de canciones para cantarle, o el repertorio de monerías.
El arte de apoyar al bebé dormido: Ir deshaciendo de a poco los puntos de contacto, contenerle las piernitas, mimarlas cada vez más suave, y finalmente despegarnos por completo.
Ai ai ai estas ganas de abalanzarme a los besos sobre el bebé cuando duerme plácidamente, cuando está despierto también, todo el tiempo.
Hoy tengo unas puntadas en los pezones. Baltazar libró unas batallas con mis tetas mientras le daba de comer a la noche, yo estaba muy dormida como para evitarlo. Mi bebé voraz.
De los sonidos más lindos del mundo los que hacen los bebés. Cuando llama, antes de llorar, mi bebé hace un ruido como de pájaro, un graznido, un UAA. No sé cómo escribirlo, es un llamado preciso, proyectado, siempre en la misma tonalidad y de igual duración.
Soy la teta alimento, la teta chupete, la teta contacto, la teta almohada, la teta para dormir, la teta para cagar, la teta para el dolor de panza, la teta para calmar la sed, la teta de la ansiedad, la teta golosina, la teta para enojarse con la teta, la teta del amor, la teta porque huele a leche y está cerca, la teta en medio de la noche y somos los únicos dos despiertos en el mundo, la teta que se da y se toma dormidos, la teta para aplacar el llanto feroz, la teta emergencia, la teta que no sirve para calmar ese llanto, la teta que duele pero se da igual, la teta y mirarse a los ojos, ¿me está diciendo gracias con esa mirada mientras toma la teta?
21/2
Es difícil colgar la ropa con una mano, sosteniendo al bebe con la otra. Se va más lento, pero se puede. Lo más difícil de colgar son las cosas chiquitas, como las medias y las bombachas. Además a mí me gusta colgar las dos medias de un par de un mismo broche, así no se pierden.
24/2
Lo más importante de mi vida dejé de ser yo.
Ando con esta resaca que da dormir cada tres horas, la resaca del sueño cortado. Ando con los pensamientos oscuros, tristes, paranoicos. Voy a subir el bebé al coche y a salir a caminar, a ver si se despeja en mi cabeza.
3/3
Hoy a la mañana le dije a Balta que quería hacer tres cosas: depilarme, hacer yoga y escribir la columna. Me depilé con él cabeceando en el baño, el ruido a motor suave de la epilady lo arrullaba. Después lo acosté en la cuna y me puse a hacer yoga, pongo el mat al lado de su cuna y practico. Se despertó en medio de la práctica molesto, le di una teta y se tiró muchos pedos, después de eso, ya tranquilo, se quedó con su papá hasta que terminé de hacer yoga. Escribí a la noche mientras Seba hacía la cena y el bebé dormía. Ahora todo requiere una organización, antes yo daba mil vueltas que me eran necesarias, ahora enfoco con la fuerza de un láser mi atención en los ratitos que no se tratan de Balta. Pienso que no hablé de cine ni nada relativo al mismo en la columna, es que esta realidad supera cualquier ficción, estoy tomada en absoluto por el mundo de mi bebé y yo mamáteta. ¿Cómo será actuar a partir de ahora? Me atraviesa el vector maternidad y eso ya cambia mi modo de ver el mundo ¿cambiará mi modo de actuar? ¿qué actriz soy ahora? Qué ganas de actuar, qué lindo juntar ganas⚫