Dreams (Sex Love) (2025) de Dag Johan Haugerud

“El abrazo de lo efímero”

Por Natalia Llorens

En Dreams (Sex Love), Dag Johan Haugerud cierra su trilogía Sex, Dreams, and Love con una película que explora la fragilidad del primer amor y la sutil línea entre lo literario y lo vivido. A través de la mirada de Johanne (interpretada con una contención y profundidad notables por Ella Øverbye), una adolescente de 17 años que se enamora perdidamente de su profesora de francés, Johanna (Selome Emnetu), Haugerud construye un relato sensorial y melancólico que trasciende lo anecdótico para adentrarse en lo universal. El mundo de Johanne está tejido con texturas: los suéteres de lana de su profesora, la calidez perpetua de su departamento, las bufandas que envuelven su cuello. Haugerud convierte estos detalles en un lenguaje cinematográfico que roza lo táctil, haciendo que la experiencia de ver la película sea casi física. La cámara de Haugerud se detiene en los pequeños gestos, en los roces de la tela contra la piel, en el vaho de las tazas de té caliente. Esta poética del detalle logra que la atracción de Johanne se perciba menos como un enamoramiento hacia una persona y más como una fascinación por un estado de confort sensorial, por un refugio emocional.
La narrativa, lejos de ser lineal, juega con la percepción del espectador. La voz en off de Johanne, que podría provenir tanto de su novela autobiográfica como de sesiones con un psicólogo o de sus propios pensamientos, siembra la duda sobre la fiabilidad de su relato. Esta ambigüedad es uno de los grandes aciertos de la película, ya que permite múltiples lecturas: ¿Es Johanne una joven perdida en las fantasías de un primer amor o una narradora poco fiable cuyo relato distorsiona la realidad? Haugerud, además, plantea una reflexión profunda sobre el proceso de convertir la experiencia en literatura. La decisión de Johanne de escribir sobre su amor no correspondido nace de una necesidad de eternizar sus emociones, pero el acto de escribir, de fijar las sensaciones en palabras, conlleva inevitablemente una pérdida. Lo vivido se convierte en un simple libro, y el deseo de compartir su historia, motivado por el empuje de su abuela (Anne Marit Jacobsen) y su madre (Ane Dahl Torp), transforma lo íntimo en lo público, lo mágico en lo cotidiano. El reparto aporta una autenticidad invaluable a la historia. Øverbye se mueve entre la ingenuidad y la madurez con naturalidad, mientras que Jacobsen y Dahl Torp entregan interpretaciones entrañables y matizadas como las mujeres que, a través de la historia de Johanne, se ven obligadas a revisar sus propios recuerdos y anhelos. Emnetu, por su parte, dota a Johanna de una calidez inadvertida, convirtiéndose en el objeto perfecto de las fantasías de Johanne. En su búsqueda por capturar la esencia del amor adolescente, Haugerud se deja influenciar por Krzysztof Kieślowski, cuyo espíritu parece flotar sobre la trilogía entera. Si bien Dreams (Sex Love) no alcanza del todo la profundidad espiritual del cineasta polaco, su sensibilidad y honestidad la convierten en una de las propuestas más interesantes del año.
La película invita al espectador a sumergirse en su atmósfera cálida y reflexiva, logrando que lo mundano se vuelva poético y que lo personal adquiera una resonancia universal. Haugerud cierra así un ciclo cinematográfico único, donde el amor, el sexo y los sueños no son solo temas, sino puertas hacia el autoconocimiento y la reconciliación con lo efímero.
 

Titulo: Dreams (Sex Love)

Año: 2025

País: Noruega

Director: Dag Johan Haugerud