“Gracias por las historias”
Por Rocío Molina Biasone.
El ser rebelde no es un estado perenne e inmutable. Les rebeldes de antaño bien pueden ser les conservadores de hoy. Y dos personas que supieron militar por sus ideales, en una era en la que a la militancia se la castigaba con desaparición y muerte, parecen no saber cómo enfrentar la verdad sobre la identidad de su propia hija.
En un acto de coraje revolucionario —aunque tal vez no en el mismo sentido de “revolución” que tuvieron sus padres—, Natalia decide documentar las conversaciones que mantiene con sus padres para hablar sobre cómo se han negado a aceptarla como lesbiana, y cómo ese rechazo se fue, y va, desarticulando poco a poco. Insisto con que requiere coraje porque lo que Natalia hace es enfrentar su propio dolor, la herida que le ha dejado el rechazo de un padre y madre a quienes admira, y cuya pérdida no le resultaría gratuita.
Lo más interesante de este documental probablemente sea la manera en que la directora logra transitar tópicos dolorosos de una manera amena. El vínculo anempático entre lo que se habla y lo que se muestra habilita que podamos concentrarnos no tanto en el valor histórico de lo que se narra, sino en lo que estos eventos le significaron a les integrantes de esa familia.
El padre de Natalia le cuenta sobre sus compañeros de militancia que han sido torturados, desaparecidos, asesinados, todo mientras se encuentran sentades en unas reposeras al lado de una pileta grande y casi vacía. La madre le confiesa todo lo que sintió luego de que Natalia saliera del closet, emociones duras de escuchar para Natalia, mientras plantan y cuidan de las plantas de un hermoso jardín. Las pesadillas angustiantes que narra la voz en off de Natalia se acompañan de una serie de imágenes felices de viejas cintas familiares, y es difícil decir con certeza si el choque entre imagen y sonido hace que la narración se digiera más fácil o si, por el contrario, hace que todo se vuelva más siniestro.
Las pláticas-debates que se dan entre el padre de Natalia, su novia, su amiga, y ella misma, sobre las causas y militancias de cada época, sobre el desbalance entre la lucha más externa de décadas atrás y aquella más interna, personal e identitaria de hoy en día, le brindan una calidez y naturalidad al espectador que raramente se encuentra hoy en cualquier debate, incluso entre amigues, acostumbrades como estamos a gritarnos antes que compartir.
Dopamina es una obra que se permite transitar las incoherencias humanas. Una muerte en la familia precede la llegada de una vida. Militantes que ponen un límite a su militancia por sus hijes. Madres y padres que están al tanto del lesbianismo de su hija, de que está incluso casada con una mujer, pero le siguen preguntando por “su amiga”. Este documental no es un intento de conciliarlas, de desenmarañarlas, sino la plasmación del intento de una joven directora por tratar de vivir su vida, incluso cuando la forma en que elige vivirla no es aceptada del todo por sus seres queridos.
Titulo: Dopamina
Año: 2019
País: Uruguay-Colombia
Director: Natalia Imery Almario