Diez días de fiesta cinematográfica. Sobre la última edición del Filmfest de Múnich

El Filmfest de Múnich es uno de los eventos cinematográficos más importantes de la ciudad. Bajo la dirección de Christoph Gröner y Julia Weigl, su edición de 2024 atrajo a más de 71.000 asistentes, cifra récord para el festival.

Por Andrea Angione

El Filmfest de Múnich es uno de los eventos cinematográficos más importantes de la ciudad. Bajo la dirección de Christoph Gröner y Julia Weigl, su edición de 2024 atrajo a más de 71.000 asistentes, cifra récord para el festival.

Durante 10 días, los cinéfilos pudieron disfrutar de una variada oferta que destacó especialmente por su carácter internacional, permitiendo al público conectar con distintas realidades, culturas y temáticas no solo a través de las proyecciones, sino también al participar en discusiones con directores, productores y actores. Esto último es uno de los grandes atractivos de este festival.

En esta edición, las películas latinoamericanas gozaron de una importante exposición, que incluyó una discusión sobre la situación actual del cine argentino, en la que participaron los directores Martín Rejtman (La práctica) y Benjamín Naishtat (Puan). Rejtman encantó al público con su característico humor negro, centrado en la crisis existencial de un profesor de yoga argentino que vive en Chile. Por su parte, Naishtat trasladó al público al ámbito universitario argentino, mostrando cuán absurdo y complejo puede ser desde una perspectiva tragicómica. La gran revelación argentina fue Simón de la Montaña de Federico Luis, que aborda temas como la discapacidad, la exclusión y la vulnerabilidad. Esta película ya había sorprendido en Cannes y en Múnich fue la ganadora del Premio “CineVisión”.

Cuba estuvo representada por dos películas: Una noche con los Rolling Stones (Patricia Ramos) y La mujer salvaje (Alán González), y también tuvo su espacio de debate, centrado en cómo el cine cubano sobrevive ante las adversas condiciones políticas y económicas.

Chile se hizo presente con una producción artística y original: Los Hiperbóreos, de Cristóbal León y Joaquín Cociña. Por otra parte, el director brasileño Marcelo Gomes presentó Retrato de un cierto oriente, una historia sobre la migración hacia Brasil a finales de la década del 40.

También hubo espacio para Los capítulos perdidos, de la directora venezolana Lorena Alvarado, quien traslada al espectador a una Caracas literaria, a través de la mirada de una joven que se reencuentra con el país.

El cine italiano también se hizo notar con tres películas y una discusión con los directores: Daniele Luchetti (Confidenza), Marco Amenta (Anna) y la actriz Simona Malato (Misericordia). En esta discusión se habló de la influencia de la política en el cine y de la fuerza que han cobrado los temas personales como el amor, la violencia, el engaño y la familia en el nuevo cine italiano.

En cuanto al cine local, la propuesta fue bastante extensa y abordó una variedad de temas: inmigración, política y conflictos familiares. El Premio Nuevo Cine Alemán (Förderpreis Neues Deutsches Kino) se entregó en cuatro categorías: Mejor Producción para Semih Korhan Güner por Milch ins Feuer, Mejor Actor para Atika Jumaih Bashiru por O Chale, Mejor Guión para Aaron Arens por Sonnenplätze y Mejor Director para Fabian Stumm por Sad Jokes.

Los diez días de fiesta cinematográfica que invadieron Múnich pasaron muy rápido, y el público cinéfilo ya empieza a contar los días para su próxima edición. Veremos cómo nos sorprende en 2025.