“El recuerdo de lo que fuimos”
Por Rocío Rivera.
Alguien en alguna parte del mundo
tiene que estar pasando por lo mismo
Yo, adolescente.
Nicolás Zamorano.
En este aislamiento social preventivo y obligatorio me pasó algo que no me pasaba hace mucho: nostalgia por la adolescencia. De golpe, el estar tanto tiempo en mi casa, compartiendo la cuarentena con mis viejes – más grandes y frágiles que hace 15 años atrás – me transportó a mis no tan dulces 15 años. De golpe la música, el cine, el amor a la lectura que tenía en aquellos añejos 2005 se hicieron presentes en mi memoria y en mi carne como un viaje al pasado digno de Martin Marfly el Doc Brown. En ese viaje recordé los recitales, los bares del under del oeste del conurbano, los panfletos, las tribus urbanas y mi paso por lxs alternativxs y lxs darks. Cómo me convertí en mujer, el cortometraje de Sofía Ungar, me sororizó de una forma hermosa, entendiendo que somos muchxs lxs que repasamos nuestra historia, ya sea por este momento histórico particular que estamos atravesando, por un proceso personal o por la habilitación a repensarnos, deconstruirnos y volvernos a construir que los feminismos nos brindaron.
Ungar nos invita a un viaje visual y auditivo retro, introspectivo y reflexivo. Repasando el registro fotográfico que su crecimiento le dejó, Como me convertí en mujer nos permite entrar en el desarrollo de una niña en el sistema patriarcal y hegemónico de los años 90s: cómo había que vestirse, cómo debía ser el cuerpo feminizado ideal, cómo es que las sexualidad se iniciaba, la idea del amor que las producciones culturales nos vendía y cómo lxs pares jugaron un rol fundamental en la formación de nuestra propia identidad. Gracias a la voz explicativa que acompaña el recorrido años tras años de esta niña, luego adolescente y posteriormente nuevo adultx joven, nos permite un juego de contrarios muy interesante: ¿es realmente lo que se registra, lo que fue? Vemos una niña alegre en la foto que baila, pero el niño que le gusta le rompió el corazón cuando le dijo “gorda”, vemos una niña jugando inocentemente pero ya un hombre le había enseñado el pene en la vía pública… ¿no es acaso el registro, parafraseando a Barthes, siempre una traición? Porque dependerá de quien lo vea, que es lo que interpreta de aquello que se le presenta como registro de algo que ya fue.
Ungar también nos presenta, como forma introductoria a su propio recorrido, conversaciones virtuales anónimas, pero que se puede inferir que pertenecen a esta generación de veintitantos y treinta y tantos: el AH RE como forma relacional léxica, la soledad que conlleva la virtualidad, la educación y el rol fundamental en la sociabilización que fue internet para nosotrxs. ¿Salís con alguien si primero no lo stalkeaste? ¿Podrías ser amigx de alguien que no tenes en redes? Antes de la pandemia, ¿usabas el teléfono de línea para hablar con tus amigxs? ¿Seguís usando la Guía T para llegar a algún lugar? La tecnología, la virtualidad nos cambió la vida, así que volver por momentos a lo que fuimos para entender, amigarnos y abrazar lo que cambiamos y lo que no, es un hermoso momento de introspección que la generación de los 80s y 90s nos debemos y que Ugar con Como me convertí en mujer y sus breves 10 minutos nos invitan a hacer.
Titulo: Como me convertí en mujer
Año: 2020
País: Argentina
Director: Sofia Ungar