Bueno, me llamo Karni y, como podrán haberse enterado en mi primera columna, soy guionista, directora y, ocasionalmente, también actriz. Mi primer largometraje fue Fuck You Jessica Blair y pasó por el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, entre varios.
Supongo que, por muchas razones, lo más lógico hubiera sido aprovechar la primera entrega de mi columna para presentarme a mí misma y a mis películas, para que los lectores sepan quién soy y por qué me encuentro escribiendo para esta revista. Sin embargo, hacer lo lógico no es algo que me caracterice, así que decidí presentarme ahora, porque me gustaría hablar de algo sobre lo que quería escribir para esta segunda ocasión; algo con lo que estoy lidiando últimamente, mientras escribo el guión de mi próxima película.
En mi primer film tuve que enfrentarme a un desafío un poco peculiar: su vínculo con la temática LGBTQ. Aunque en lo personal ya había logrado aceptarme como parte de la comunidad LGBTQ y lidiar con la “salida del clóset” —bueno, en gran parte al menos—, todavía tenía que resolver la cuestión de la representación de la diversidad sexual en el cine. La mitad de los festivales de cine por los que pasó Fuck You Jessica Blair era festivales cine LGBTQ, y yo misma considero que se trata de una película LGBTQ, pero no exclusivamente. Es muchísimo más que eso, es una película independiente, feminista y hasta “rara”, según algunas personas. Yo misma pertenezco a la comunidad LGBTQ: me considero bisexual, he tenido —y tengo— relaciones tanto con varones como con mujeres, pero, nuevamente, pienso que soy muchísimo más que eso.
Y en esos festivales de cine, también me encontré con un fenómeno paralelo muy interesante: me dijeron, en varias oportunidades, que mi película no es “suficientemente gay”. A ver, reconozco que todo esto es relativamente nuevo para mí —tanto navegar el mundo de los festivales como ser queer— y por lo tanto no tengo toda la información respecto a qué cantidad de “gaydad” se considera “suficiente”. Así que creo que estoy siendo honesta si digo que me llevó un par de años terminar de entender esa expresión, y empezar a hacerme varias preguntas al respecto.
Fuck You Jessica Blair tiene cuatro protagonistas, y sí, “solo” uno, Karni, está atravesando un conflicto explícito con su sexualidad, pero también está abiertamente lidiando con otras cosas —“casualmente” se llama como yo (y la interpreto yo misma)—. Hay otro personaje, Jessica, que se nota que tampoco es heterosexual, solo que ella no tiene un conflicto, interno o externo, con eso. Después están los otros dos protagonistas —los chicos, Orr y Guy— cuya sexualidad nunca se trae a cuentas, pero me han preguntado si son gays en algunas charlas con el público. ¿Quiere esto decir que, para algunas personas, la única manera de que una película sea considerada “suficientemente” LGBTQ es si esta incluye un único personaje principal en explícito conflicto con su sexualidad, y nada más? ¿Y si hay más de un protagonista? ¿Hay un porcentaje mínimo de personajes que deberían ser LGBTQ, y el requisito es que sean representados en conflicto con su identidad?
Empecé a preguntarme si un personaje LGBTQ no podía simplemente serlo, sin un profundo odio en sus adentros, o una caracterización externa estereotípica. ¿No debería ser algo positivo que haya películas LGBTQ en las que los personajes simplemente sean lo que son, sin tener que estar categorizándolos explícitamente o representándolos de una manera estereotipada o trágica? Al menos en uno de los festivales de cine de los que participé, me dijeron que en realidad esa era una de las cosas que les había gustado mucho de la película, el hecho de que la sexualidad era solo uno de los aspectos del personaje de Karni y de su historia.
Por supuesto que los estereotipos que existen en la vida cotidiana son los que alimentan este problema en primer lugar —de hecho, actualmente estoy haciendo una investigación de MFA (Master of Fine Arts) al respecto—, pero he aquí lo que me estuve preguntando desde que empecé a elaborar el guión de mi próxima película: ¿cómo hago para representar la bisexualidad sin estereotipos en el cine? ¿O para, simplemente, representarla?
En Fuck You Jessica Blair esta pregunta quedó latente. Las personas simplemente dan por sentado que un personaje es hetero o gay dependiendo de qué es lo que muestra la película, y no hay nada de malo en eso, por supuesto, tiene todo el sentido que solo se pueda sacar conclusiones a partir lo que se ve en pantalla. Pero cuando empecé a proyectar la película y, por ende, a salir —de una forma increíblemente pública— del clóset ante muchísimas personas de todo el mundo, la gente siempre daba por sentado que yo era lesbiana. Algunos me lo preguntaron a mí, directamente, otros preguntaron sobre mí, indirectamente. Hasta me lo preguntaron personas que ya me conocían, y que sabían que había salido con hombres, y aun así supusieron que ahora era lesbiana. La posibilidad de que fuera bisexual ni se les cruzó por la mente. Como, en este film en particular, elegí contar la historia del amor que la protagonista sentía por otra mujer, todo el mundo supuso que se trataba de un personaje lésbico. Entonces, ¿qué hubiera pasado si, en esa película, yo hubiese querido presentar a Karni como un personaje específica y explícitamente bisexual?
¿Existe siquiera una forma de mostrar la bisexualidad en en cine sin tener que aclararla? Porque hasta ahora, en la mayoría de los casos que encontré, o evitan mencionarla de manera directa, o la tratan como una especie de fase o experimentación sexual, o muestran a un personaje que engaña a su pareja con alguien de otro sexo o que hace un trío.
Al día de hoy, la película bisexual que, a mi criterio, mejor logró resolver este problema es Appropriate Behaviour de la magnífica Desiree Akhavan que, dicho sea de paso, también es una de mis películas preferidas, y si todavía no la vieron, ¡háganlo! ¡Ya! Bueno, primero terminen de leer este artículo, ¿no?
Pero como este es un tema personal para mí, y dado que actualmente no tenemos suficientes personajes bisexuales positivos y no estereotipados, sinceramente me pregunto cómo enfrentarme a este desafío cinematográfico, siendo tanto directora como bisexual.
Aunque por otro lado, a juzgar por muchas de las reacciones que sigo recibiendo no solo como directora de cine bisexual, sino también en mi vida como persona bisexual, el desafío proviene desde más allá de la cámara, y del escaso entendimiento que hay sobre bisexualidad, a menudo inclusive dentro de la comunidad LGBTQ. Pero como probablemente no vaya a resolver este desafío mundial que excede al cine, al menos puedo intentar crear mejores relatos, o relatos y punto.
Pero… ¿será eso suficientemente gay?⚫
Autora: Karni Haneman.
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