“Una vida hecha cine… nacional y de pueblo”
Por Rocío Rivera
Yo me siento hecho en cine.
Todo lo pienso en cine, lo hago en cine,
lo cuento en cine
José Martínez Suárez
Una de las cosas más reconocibles de ver y escuchar, es cuando alguien habla de aquello que le apasiona. La pasión, esa sensación ya descripta desde la antigua Grecia, como el desborde de emociones es, ante todo, algo que no se puede negar ni elegir. Y cuando la pasión por algo se une a la vocación, la seguridad de que ese es el camino a seguir se vuelve casi irrefutable. El cine, pasión de pasiones, pasión de multitudes, uno de los berretines[1] de la Argentina de mediados del siglo XX, no escapa del DNI de lo que constituye nuestra cultura nacional. Y si emprendemos ese bello camino de inspección, investigación y entendimiento de nuestra cinematografía, la figura de José Martínez Suárez -Joselo- no puede evitarse. De perfil bajo, siempre activo y en actividad, Suárez no tuvo la fama popular y exagerada que sí posee su hermana -Mirtha Legrand- pero sí tuvo el reconocimiento, respeto y el amor del mundillo que le dio la razón de su vida: el cine. Cine de Pueblo. Una historia Itinerante, es un homenaje (por aquel 2015) en vida de este guionista y cineasta argentino por parte de Sebastián Hermida.
Alumno, vecino, niño, hermano, espectador, travieso y muchas más son las acepciones que de Suárez se nos develan en este documental que acompaña al cineasta a la reapertura del cine de su pueblo natal, Villa Cañas en la provincia de Santa Fé. En esa vuelta al pueblo, al barrio, a la escuela y al cine de su niñez, Suárez en primera persona nos relata sus memorias, recuerdos, sensaciones de su infancia en aquel lugar, y también, su primer acercamiento al séptimo arte. Todo este viaje a través del tiempo se encuentra complementado por distintas instancias fílmicas, de registro y de archivo: aparte de inaugurar el cine de su pueblo, luego de varios años de inactividad, lxs alumnxs de la escuela del lugar entrevistaron a Martínez Suárez y allí él habla del oficio del cineasta, el amor al cine, el manejo de actores y actrices, los éxitos, los fracasos y las enseñanzas de una vida, vivida y sentida desde el amor a la profesión. Además, también se muestra, como en este recorrido por el barrio de su infancia y lo lugares emblemáticos de la misma (la escuela, la estación de tren, la plaza, el cine), Suarez se va encontrando con amigxs de aquella época, charla con ellxs, rememoran recuerdos, situaciones anécdotas… Y, por último, un gran trabajo de imágenes de archivo de films de la autoría de Joselo, con gran definición y una remasterización ponderable, que no sólo introducen y revelan la importancia de las producciones de este director para la cinematografía nacional, sino que también permiten apreciar el componente artístico, estético, autoral e ideológico que Martínez Suárez desplegaba en sus films. Algo que Hermida se encarga de explicitar, es la destreza técnica y el sello de cine de autor que Joselo le imprimía a sus películas, ya que las tomas, fragmentos y secuencias que se muestran en Cine de Pueblo. Una historia Itinerante, son sumamente interesante y estimulantes para cualquierx realizadorx audiovisual.
Cuando se piensan en odas al séptimo arte, en aquellas películas que homenajean el dispositivo cinematógrafo, enseguida vienen a la cabaza películas como Los Soñadores (2002) de Bertolucci, Cinema Paradiso (1988) de Giuseppe Tornatore de o Nitrato de Argento (1996) de Marco Ferreri, y claramente lo son: films que son una carta de amor al cine y todo lo que él contiene. Cine de Pueblo. Una Historia Itinerante también es una oda al cine, a nuestro cine, a nuestros pueblos, al cine de barrio, a nuestro país federal, porque es verdad que tuvimos el Grand Splendid en nuestra porteña y cosmopolita Ciudad de Buenos Aires, pero también es verdad que tenemos cientos de cines de pueblo a lo largo y ancho de las 23 provincias… y esos cines también merecen su reconocimiento y su homenaje. Es verdad que tenemos directores ganadores del Oscar… pero también es verdad que tenemos un José Martínez Suárez, quien piando bajito y trabajando a toda máquina por más de 70 años, le dio más a nuestro cine nacional, que muchxs que poseen su estatuilla de la fama en la cultura popular. Gracias Hermida por no dejar que su legado, su legado de Maestro de Maestro, quede en el olvido y que su filmografía se pierda y se traspapele como bien decían lxs protagonistas en Los Muchachos de antes no usaban Arsénico (1976). Que haya cine, nacional, accesible, de calidad y popular, lo demás no importa nada.
[1] Los Tres Berretines (Enrique Susini, 1933)
Titulo: Cine de pueblo, una historia itinerante
Año: 2015
País: Argentina
Directores: Sebastián Hermida