Caught by the Tides (2024), de Jia Zhangke

Más que cualquier otro director chino contemporáneo, Jia Zhang-ke ha dejado una marca de modernidad controvertida en una obra que abarca varios géneros y que es a la vez cohesiva y autorreflexiva; una sucesión de películas interrelacionadas que, tomadas en conjunto, construyen una imagen vívida y detallada de la China actual y su historia reciente.

Caught in the Tides es un título apropiado para una película que parece ser arrastrada irremediablemente por una corriente de tiempo, donde la historia se repite, junto con la historia recurrente de un hombre que deja a una mujer que lo ama, para buscar un nuevo futuro sin ella. Una vez más, Zhang y Li se encuentran en medio de la miseria y los desastres de su país, y nuevamente el joven opta por abandonar bruscamente a su joven novia.

La escena de apertura se sitúa alrededor del año 2001, cuando comienza el nuevo milenio en Datong, una ciudad en el norte de China. Un estallido abrupto de música sobre un desierto rojo brillante indica que algo nuevo va a suceder: la época de héroes y monumentos está terminando y comienza una era global moderna. Pero primero, hay una encantadora escena del Día de la Mujer en la que mujeres tímidas se reúnen en una cabaña desolada, donde se las anima a cantar canciones de ópera popular, una especie de declaración del director de que esta película estará llena de todo tipo de música, desde rock, pop y folk hasta disco y dance. Y se centrará en una mujer.

Es una época de gran pobreza y miseria en la ciudad. La cámara pasa por las caras sucias de hombres aturdidos, que permanecen inmóviles en la calle. Los coches están ausentes e incluso hay pocas bicicletas. En un almacén abandonado, el nuevo propietario/empresario ha recuperado un retrato de Mao, aún icónico, aunque ligeramente quemado en los bordes. Explica que alquila el espacio a cantantes femeninas, que a su vez recogen dinero de los mineros jubilados en la audiencia. En una escena como esta, vemos por primera vez a Qiao Qiao con su peluca oscura estilo bob, la joven encarnación de Zhang como una vamp provincial, y su novio desinteresado y desdeñoso Li, que apenas la mira. No hay ternura ni coqueteo entre ellos, y la única pista de los sentimientos de Qiao Qiao es que apoya su cabeza en el hombro de él.

Su ruptura es aún más difícil de interpretar. Parece ocurrir a bordo de un autobús abandonado donde ella intenta salir emocionalmente por la puerta, una y otra vez, mientras él sigue empujándola de vuelta a su asiento. La repetición convierte esta simple acción en una escena de angustiante violencia.

La joven trabaja como modelo, cantante y bailarina en los coloridos escenarios de la época, envuelta en música continua y tomas editadas con una rapidez vertiginosa. El cuerpo principal de la película trata sobre su viaje por el río Yangtsé en busca de Li. A medida que avanza por los masivos cañones verdes a bordo de barcos fluviales, se hace evidente que toda el área pronto quedará sumergida para siempre por la construcción de la presa de las Tres Gargantas, que causó el desplazamiento de más de 1.3 millones de personas. Algunos residentes patrióticos lo aceptan como un sacrificio por su país. Un hombre lleva un gran cartel pidiendo justicia.

Aunque su búsqueda de Li parece desesperada y peligrosa, él finalmente aparece (ambos actores son ahora mayores) como Li, trabajando para una mujer política corrupta en una estafa inmobiliaria. Ha caído en la criminalidad con su amigo Pan, y no tiene más interés en Qiao Qiao que antes.

Las secuencias finales devuelven a los personajes a Datong y son las únicas filmadas expresamente para la película. Hay un vuelo paranoico con un Li mucho mayor, entre pasajeros envueltos en mascarillas por el COVID. (Más tarde se escucha una comunicación oficial culpando a EE.UU. por la propagación del virus, debido a la laxitud de sus políticas). Y hay un encuentro desconcertante entre Qiao Qiao y un robot de IA en un supermercado, que lee la expresión triste en su rostro e intenta animarla con citas de Mark Twain y Madre Teresa, un detalle muy agradable. Su encuentro final con Li, en el que sus roles de perseguidor y perseguido se invierten, tiene una tristeza penetrante y una sensación de finalización que se siente justa, como la conclusión de una serie de larga duración.