Aralkum (2022), de Daniel Asadi Faezi y Mila Zhluktenko
“La tierra tiene historia y la gente memoria”
Por Sebastián Francisco Maydana
La imagen absurda de un casco de barco herrumbrado yaciendo, como un animal herido, en la arena del desierto sirve para señalar una verdad que continuamente olvidamos: que la tierra tiene historia. Aralkum es el nombre del desierto más joven del mundo, ubicado en Uzbekistán, en una cuenca que hasta hace sesenta años estaba cubierta por agua y que en los mapas aparecía como mar. La imagen de esa imagen también se llama Aralkum (2022) y señala otra importante lección: si la tierra tiene historia, la gente tiene memoria. Y en los pobladores locales, pero también en el narrador, que temporalmente pasa de la tercera a la primera persona para rememorar ciertas excursiones de pesca en un tiempo ya extinto, antes de que el desierto fuera desierto.
Este cortometraje documental de Faezi y Zhluktenko es una exploración poética, más que política. Después de todo, las obras de regadío que desecaron el Mar de Aral permitieron cultivar los alimentos que aseguran la vida de las poblaciones cercanas. El cambio de paisaje parece ser recibido con naturalidad, antes que con rechazo. Pero la memoria es tenaz, y el cine es antes que nada un arte de la memoria. A la fotografía precisa, impecable, se adhiere una banda de sonido disonante. Parece que lo que se escucha fueran ecos de un lugar lejano, o de un tiempo remoto. En el espacio sonoro se construye con rigor ingenieril una memoria de décadas, si no de siglos, que termina cumpliendo la crítica función de restituir el mar a la zona.
Titulo: Aralkum
Año: 2022
País: Uzbekistán – Alemania
Director: Daniel Asadi Faezi y Mila Zhluktenko