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An Evening Song (for three voices) (2023), de Graham Swon

“La época no es excusa ni contexto, es el cine que viene

Por Sabrina Palazzani

 

An Evening Song (for three voices) (2023), dirigida por Graham Swon, es una película de ficción llena de contraseñas literarias articuladas por la ensoñación, el embrujo o el encantamiento.

Un triángulo amoroso compuesto por un matrimonio de escritores y su mucama forman, en principio y quizás de manera más obvia, una fuerte e insistente tensión alimentada por deseos no expresados del todo, el poder y la frustración en la década de 1930 en Iowa, Estados Unidos.

Un universo de freaks alimenta el argumento. Dos escritores compiten, de una manera hasta comprensible, por su alcance, su talento y prestigio en la carrera literaria. Esta competencia que no termina de romper nada, se ve atenuada por la competencia, tan mundana como la primera, sobre el objeto de posesión, que en este caso es la mucama que trabaja en la casa con ellos. Martha es una joven críptica, que no desea ser madre pero sí cuidar mucho tiempo al hijo que la pareja no tiene ni quiere tener. Martha es una rareza que este matrimonio se disputa.

Sin embargo, la trama, fácilmente agotable, se dispersa bien convencida hacia texturas, capas de temperaturas dentro de las imágenes y distintos ambientes lumínicos que provocan una superposición, una acumulación del paso del tiempo. Este rasgo distintivo de lo temporal en An Evening Song (for three voices) da cuenta de lo que podría llamarse la mirada sobre el cine de Graham Swon, a quien se le atribuyen una serie de cualidades y habilidades cinematográficas que cualquier director joven con gusto por el lenguaje recibiría complacido.

Swon sitúa el tiempo del relato en 1930 y retoma un evento histórico real: la desaparición de una escritora que, tras discutir con su marido, jamás volvió a ser vista. Este hecho misterioso (realmente nunca se supo qué pasó con la mujer) encuentra una continuidad enormemente expresiva y sugerente en An Evening Song (for three voices) esquivando el realismo y refugiándose en la poesía de escritores atormentados dentro de un universo envolvente de secuencias orquestadas por las veladuras, las viñetas de una película añeja y susurros.

Hay algo en la ilación de las voces, en la espesura de las cuidadas tonalidades tanto interiores como exteriores, y en la escenografía que hablan de algo así como un romanticismo futurista. Aportar el dato histórico, sumarlo e integrarlo formalmente a la historia, supone irremediablemente un punto de vista, más elevado o más completo que el de cualquiera de los tres personajes de esta película. Esa perspectiva implica un avance sobre el tiempo; es una voz que trafica una realidad incluso vanguardista. La estructura coral y de ensoñación poética de An Evening Song (for three voices) recuerda incluso a Las olas (1931), la novela más experimental de Virgina Woolf, que entrelaza los soliloquios de un grupo de amigos, generando capas, variaciones y desajustes en las voces narradoras a lo largo del tiempo.

El lenguaje romántico de Swon, interesado al punto de lo obsesivo por el recuerdo y la memoria como materialidad concreta y específica para la producción de relatos del futuro, cristaliza en esta pieza los hipervínculos que tejen y amplifican el sentido de lo contemporáneo dentro de su cine. La época no es excusa ni contexto, es el cine que viene, según propone su autor.

Titulo: An Evening Song (for three voices)

Año: 2023

País: Estados Unidos

Director: Graham Swon

 

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