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A savana e a montanha (2024), de Paulo Carneiro

“Profetizar el pasado para proteger el futuro.”

Por Nathália Oliveira

Entre las múltiples funciones que el cine puede tener desde sus inicios está la de ser profeta de pasados. Proyectar delante de nuestros ojos la denuncia de un peligro futuro, nutriéndose del pasado. Y entre las tantas cosas interesantes que se pueden decir acerca de A Savana e a Montanha, el tercer largometraje del portugués Paulo Carneiro, creo que esta es la más importante.

La película retrata la lucha de la comunidad rural de Covas do Barroso, al norte de Portugal, contra la empresa británica Savannah Resources, interesada en instalar en la región una de las mayores minas de litio a cielo abierto de Europa. Por el título de la película, se nota que Carneiro no quiere que dejemos pasar de largo la ironía en el nombre de la empresa – “sabana”, territorio desértico y seco, en lo que probablemente se va a transformar la región húmeda y montañosa del norte portugués con la explotación capitalista y salvaje de sus recursos minerales.

Esa profecía, orquestada por Carneiro, cuenta con la participación activa de los integrantes de la comunidad, quienes se representan a sí mismos en sus actividades en el campo, sus asambleas y festejos religiosos. Todo esto envuelto en signos típicos del género western que, para esta brasileña que escribe este texto, resuena no solo con las películas estadounidenses de mediados del siglo pasado, sino también con Bacurau (2019), de Kleber Mendonça Filho, que, al igual que Carneiro, recurre al western para retratar la lucha de una comunidad para proteger su territorio de invasores predatorios.

No es solo en el género cinematográfico donde se manifiesta esta mirada hacia el pasado. En las asambleas, los integrantes de la comunidad cuentan y cantan sus tradiciones y la importancia de luchar por su tierra. Vemos la guadaña como símbolo máximo de la lucha del trabajador del campo en diferentes momentos de la película. A nivel personal, Carneiro también mira hacia su pasado, ya que Covas do Barroso es el pueblo vecino al lugar donde nació su padre y donde el director filmó su primera película.

En tiempos de emergencia climática, la batalla por el litio significa una nueva frontera donde se encuentran las tradiciones de los pueblos y los intereses del capital, en lados opuestos, por supuesto. A todos nos interesa el cambio de fuentes de energía. El uso de autos movidos a electricidad en lugar de la quema de combustibles fósiles es una necesidad del futuro. Pero, ¿quiénes serán los pueblos sacrificados y quiénes serán los beneficiados? El capital repite su receta del pasado colonial: usurpar la riqueza natural de territorios que están al margen de su dinámica de consumo (rural, portugués) para proporcionar el consumo pleno a los que están en su centro operacional (urbano, del norte de Europa). El cine, acá representado por la mirada y las manos de Paulo Carneiro y la comunidad de Covas do Barroso, reafirma su compromiso con esta vocación primordial del séptimo arte: profetizar el pasado para proteger el futuro.

Titulo: A savana e a montanha

Año: 2024

País: Portugal

Director: Paulo Carneiro