“Extranjero en una tierra importada”
Por Agustina Osorio.
Un país que le ganó terreno al mar con tierra traída de otros países, que fue rellenada con manos de migrantes de Bangladesh, Indonesia, India y China, que trabajaron con máquinas japonesas y norteamericanas. Una tierra casi de artificio, creada e imaginada para algo más que lo que era. A partir de esa creación humana sobre la geografía natural, se erigen edificios ultra-modernos y avance tecnológico pero también se esconden miserias, sombras e historias de soledad y alienación.
Singapur es hoy uno de los centros del comercio internacional que nuclea también a miles de personas que migran para trabajar en condiciones de extrema vulnerabilidad: sin ningún tipo de seguridad de trabajo o social, con retención de sus pasaportes por parte de quienes las emplean y viviendo en hacinamiento.
En este marco, se presenta la historia de Wang (Xiaoyi Liu), un joven inmigrante de China que trabaja en Singapur, en una obra en la que, por lo que se puede observar, se remueve tierra para rellenar el terreno del mar. Nadie en la obra parece advertir la desaparición de Wang desde hace varios días y solo se percatan de ello ante el inicio de una investigación por parte del detective Lok (Peter Yu).
La investigación hará que la vida de ambos personajes se entrelacen en una suerte de fusión onírica en la que uno ocupa el lugar del otro sin que, en ningún momento, nos sea explicitado si estamos viviendo un flashback, un juego de roles o una reconstrucción policial de los hechos.
Aquí radica una de las atracciones principales de A land imagined. Lo imaginario y lo real se mezclan y nos obligan a salir de un lugar de visión pasiva. Hay una parte de ensueño, hay otra de imaginación y algo de juego.
Durante sus largas noches de insomnio Wang juega en un cyber a ser alguien más: un soldado en la guerra que oficia de anzuelo para que otrx jugadorx lo mate. A su vez, Lok sigue los pasos y el juego de Wang. Se recuesta en su cama y sueña sus sueños. Ese sueño de una vigilia obligada por el insomnio.
Otro de los grandes aciertos de la película es la generación de un ambiente de encierro en lugares nocturnos encandilados con luces de neón que nos ayuda a ingresar a ese mundo de personajes que padecen la alienación de una sociedad posmoderna en la que el comercio y la construcción del terreno se escinden de las personas que lo habitan.
Wang y su amiga Mindy (Yue Guo) logran encontrarse fuera del cyber y lejos de las luces. Nadan desnudos y sus cuerpos laten, se ensucian en la arena de la costa extasiados. Si el insomnio no les permite dormir, al menos que los deje vivir despiertos. Desde esa costa a oscuras, se ve la contraria, llena de luces que iluminan grúas que cargan los buques comerciales sin parar siquiera durante la noche. Al parecer, la ciudad completa padece de insomnio.
Wang se acerca a la chica y también a otros inmigrantes que, como él, padecen las reglas del sistema. Es amigo “de los oscuros”, como denominará otro trabajador a quienes vienen de la India. Participa, además, de una suerte de fiesta rave en espacios improvisados, en los que se baila de manera individual para llegar a un éxtasis que no es el mismo al que llega cuando nada al aire libre.
El tire y afloje entre la consciencia de ser y la enajenación es constante. Wang escapa a la trampa y se conecta con otras personas, pero acaso ¿es él quien se vincula? ¿es un alter-ego? ¿o es el mismo Lok que, al seguir sus pasos, se funde con el sujeto/objeto de investigación?.
El planteo del Director Siew Hua Yeo también cuestiona la noción de lugar de origen… el terruño. Los dueños de la fábrica vulneran los derechos de sus trabajadores y los denigran por ser “extranjeros” por no haber nacido en el mismo suelo que ellos; sin embargo, el suelo que habitan también fue traído de otras tierras. ¿Qué es lo original y lo traído? ¿Dónde se encuentra el acá cuando, en realidad, está constituido por el allá? Estos conceptos contrarios se entremezclan tal como lo hacen las vidas y miradas de Wang y Lok. El investigado se funde con el investigador. De la misma manera, lo extranjero es parte de lo local. ¿Acaso ya no estamos en Singapur? Pregunta un personaje…
A land imagined tiene además, la virtud de ser una de esas películas distintas, que han sido reconocidas por uno de los festivales que dan lugar a las producciones más “chicas” o independientes, como es Locarno y que, actualmente, se encuentra disponible en la mayor plataforma de streaming para que todxs podamos acceder a ella. Vale la pena aprovechar la oportunidad⚫
Titulo: A Land Imagined
Año: 2018
País: Singapur
Director: Yeo Siew Hua