A Flower of Mine (2024), de Paolo Cognetti

Aunque la cinematografía no siempre alcance la potencia de sus palabras escritas, el sincero amor de Paolo Cognetti por la naturaleza es incuestionable. Su esfuerzo por crear un registro histórico de un área tan querida para él, y tan cerca de volverse irreconocible en un futuro próximo, es absolutamente encomiable. 

El escritor emprende caminatas por la región del Valle de Aosta, un escenario recurrente en sus libros, vemos a un protagonista experimentado, apartado de la vida urbana de su Milán natal durante el transcurso del documental. Acompañado a veces por amigos y siempre por su fiel compañero canino Lachi (la ortografía fonética italiana de Lucky), Cognetti recorre largas distancias por hierba y nieve, disfrutando de vistas que podrían desaparecer en pocos años. La película también registra la cultura local, documentando encuentros con diversas personas en un intento por preservar sus experiencias, especialmente el patois regional que se menciona al principio de la cinta. (Monte Rosa, la montaña favorita de Cognetti, no tiene relación con el color rosa; su nombre proviene del término dialectal rouja, que significa “hielo”).

A Flower Of Mine no es un mero proyecto de vanidad. Aunque Cognetti es más conocido por su prosa (ha ganado el Premio Strega, el galardón literario más importante de Italia), también estudió cine y ha dirigido numerosos documentales sobre la naturaleza y las preocupaciones ecológicas. Este documental forma parte de su trayectoria artística y humanista, canalizando su vínculo con los milagros de la naturaleza a través del cine. Aunque carezca de grandes destellos estilísticos, Cognetti demuestra una notable seguridad con la cámara, colaborando con Impens (su director de fotografía) para transmitir la magnitud de un mundo que atraviesa transformaciones potencialmente irreversibles. Al igual que Kevin Costner en Bailando con lobos, el cineasta busca visualizar ciertos lugares, especialmente los glaciares, antes de que desaparezcan.