“Injusticias documentadas”
Por Joaquín De Loredo
La revelación del origen del material que Kamal Aljafari presenta en A Fidai Film se despliega gradualmente a lo largo del metraje. Aproximadamente en el primer tercio del filme, se nos muestra la ocupación israelí de Beirut en 1982. En este punto, un militar israelí frente a la cámara anuncia que el ejército confiscará y trasladará a Israel todos los archivos almacenados desde 1965 en la sede de la OLP, un edificio de ocho pisos en el oeste de Beirut. Entre el material saqueado se encuentran archivos de periódicos, una colección de manuscritos, alrededor de 25,000 libros científicos del Centro de Investigación Palestina, documentos organizativos como listas de sueldos y donaciones, así como numerosos microfilmes y fotografías. El soldado atribuye a estos materiales un valor propagandístico y militar incalculable para Israel.
En Tel Aviv, estos documentos, que en ese momento constituían una de las colecciones más grandes y completas sobre la historia cultural de Palestina, fueron duplicados y recatalogados según los estándares israelíes. En 1983, la OLP consiguió la devolución de la biblioteca del Centro de Investigación Palestina como parte de un intercambio de prisioneros; sin embargo, el archivo de imágenes y películas permaneció en manos israelíes y sigue siendo casi inaccesible al público. No obstante, algunas imágenes y películas han logrado salir de la confidencialidad y forman el corpus de A Fidai Film. Estos fragmentos, a veces de calidad modesta y en blanco y negro, fueron filmados en VHS y encontrados por Aljafari en la red. Aquí, Found Footage se traduce principalmente en Looted Footage, constituyendo lo que el director llama “un archivo colonial” con cuyos fragmentos disponibles debe trabajar.
Aljafari no busca construir una contranarrativa histórica-cronológica desde la perspectiva palestina, ya que la confianza en la veracidad histórica de la imagen fotográfica se ha erosionado demasiado, al igual que en Fragments of Ice. En su lugar, Aljafari se centra en una interpretación que se opone claramente a las prácticas archivísticas del ejército israelí: notas árabes eliminadas, carteles de texto en hebreo y números de catálogo añadidos que etiquetan a niños en campos de refugiados o a trabajadores en la cosecha de naranjas en Qalandia como “terroristas”. Aljafari adopta estas tácticas, marca con lápiz rojo los elementos que considera importantes y señala personas apenas visibles en el fondo. Dirige y agudiza la mirada, manipulando el material para subrayar literalmente su estatus precario. Una bandera británica sugiere el período anterior a la fundación del Estado de Israel; casas bombardeadas y en llamas y grupos de personas apiñadas junto a uniformados con ametralladoras pueden entenderse como una referencia a la brutal represión del levantamiento árabe de 1936 por parte del poder colonial británico. Las escenas de devastación se alternan con la vida rural pacífica y escenas urbanas de fecha desconocida.
El objetivo de Aljafari de buscar rastros de resistencia contra la opresión y el desalojo (reiteradamente representados por cercas, tiendas de campaña y puntos de control) se hace más claro cuanto más se repiten los patrones. Para ello, se intercalan textos de Ghassan Kanafani que sugieren una estructura de capítulos; dos veces se escucha un poema, leído por una voz infantil. La orientación política de este contraarchivo se combina con un concepto estético coherente, complementado por una banda sonora minimalista y fantasmal que no oculta demasiado los cuidadosamente restaurados sonidos originales.
El hecho de que las injusticias documentadas en A Fidai Film se inserten sin problemas en un contexto histórico de desplazamiento se hace evidente al descifrar las complejas disposiciones del filme. El objetivo de los activistas en Masafer Yatta, que graban arriesgando sus vidas mientras sus aldeas son destruidas por excavadoras bajo pretextos burocráticos insostenibles, es llenar nuevos archivos cuyos contenidos, en la era digital, ya no pueden ser fácilmente confiscados. La película de Aljafari no solo documenta, sino que también actúa como un testimonio de resistencia y un desafío a las narrativas hegemónicas, reafirmando la importancia de preservar y reivindicar la memoria histórica frente a la opresión.
Titulo: I Fidai Film
Año: 2024
País: Alemania/Palestina
Director: Kamal Aljafari