“¿Representación o explotación? / ¿Inspiración o mercantilización?”
Por Mauro Lukasievicz
En A Different Man, Aaron Schimberg abre una provocativa conversación sobre la explotación y el papel de las personas con aspectos físicos fuera de la norma en el mundo artístico. La película explora cómo, en una industria y/o mundillo artístico que predica la inclusión y la empatía, muchas veces las personas con discapacidades o particularidades físicas son tratadas no como seres completos, sino como herramientas creativas de inspiración, curiosidades o incluso metáforas que ayudan a artistas a redefinir su propio sentido de la belleza y la humanidad, utilizadas para vanagloriarse a si mismos, no solo en su obras sino también en sus redes sociales y círculos intelectuales. La trama se centra en Edward, un actor neoyorquino con neurofibromatosis que se ve atrapado en papeles marginales y poco dignos que hacen hincapié en su diferencia física en lugar de en su talento. Schimberg utiliza esta narrativa para señalar la línea ambigua entre inclusión y explotación. La relación de Edward con su vecina Ingrid, una dramaturga intrigada por su condición, pone en relieve esta contradicción. Aunque inicialmente Ingrid parece interesarse genuinamente en Edward, pronto se descubre que su vínculo con él no es tanto una amistad o una conexión verdadera, sino una forma de inspiración para su obra. La mirada de Ingrid hacia Edward, llena de aparente bondad y curiosidad, finalmente se convierte en una herramienta para sus propios intereses artísticos. Así, Schimberg cuestiona si esta “empatía” no es otra forma de explotación, donde el otro es visto solo como un recurso emocional y narrativo más.
El ingreso de Oswald, otro actor con neurofibromatosis, intensifica la crítica. A diferencia de Edward, Oswald posee una gran seguridad y carisma; es un personaje que rehúsa definirse por su condición, lo que contrasta con la continua inseguridad de Edward. Sin embargo, aunque Oswald aparece como el “diferente” que no se acompleja, su inclusión también tiene tintes problemáticos. Schimberg escribió el papel especialmente para el actor Adam Pearson, lo cual abre la pregunta de si la misma narrativa de A Different Man termina tratando a Oswald como un símbolo de fortaleza o incluso como el “modelo positivo” de la situación, y al mismo tiempo plantea la posible mercantilización por parte del director, pues en los días previos al estreno del film, las redes sociales del director estuvieron infestadas de imágenes de él junto a Adam Pearson, pero ninguna con Renate Reinsve, coprotagonista de A Different Man. En este punto, la película (y el estreno en si mismo) se pregunta si el verdadero interés del cine y el arte en estas representaciones proviene de una genuina preocupación o si, en última instancia, siempre acaba comercializando las diferencias.
La metamorfosis física de Edward, quien se somete a un tratamiento experimental para cambiar su rostro, actúa también como un comentario sobre el deseo de “normalizar” o hacer “aceptables” las diferencias físicas. Al adquirir un rostro atractivo, Edward experimenta el mundo desde la óptica de un hombre sin “imperfecciones”, pero su inseguridad persiste, entonces se genera la pregunta de que si una transformación externa puede remediar las dificultades que enfrenta internamente. Schimberg plantea si la sociedad valora realmente a las personas por lo que son o solo por lo que parecen; y si el deseo de artistas y espectadores por “ver” y “entender” a alguien como Edward es una forma de bondad o un impulso hacia la explotación emocional.
En A Different Man, Schimberg fuerza al espectador a confrontar las intenciones detrás de la representación artística de personas “diferentes”: ¿son vistas como personajes completos o simplemente como vehículos para la exploración de ideas sobre la belleza y la empatía?
Titulo: A Different Man
Año: 2024
País: Estados Unidos
Director: Aaron Schimberg