Por Paulo Pécora.
Hace 50 años, el paraguayo Carlos Saguier filmaba su mediometraje documental El Pueblo, poco conocido en Argentina y otros países de la región, pero considerado –con justa razón- como un hito fundacional del cine político y de vanguardia en su país. La película es un fresco social que refleja poéticamente la vida y las necesidades profundas del campesinado del Paraguay, mientras era perseguido y reprimido por la dictadura de Alfredo Stroessner.
Miembro del colectivo Cine Arte Experimental, que se proponía como “una nueva mirada desde el cine hacia la realidad”, Saguier es actualmente –con una extensa trayectoria en cine, publicidad y televisión- una suerte de faro intelectual para una nueva camada de cineastas (como Paz Encina, Marcelo Martinessi y Renate Costa, entre muchos otros) que están renovando al cine paraguayo y abriéndole las puertas de las principales pantallas del mundo, sin dejar de mostrar la realidad de su país y sus historias nacionales. La importancia del legado de este autor es tal, que la Academia de Cine de Paraguay creó el premio “Carlos Saguier”.
Filmada en 16 milímetros en 1969 en locaciones de Tobatí, Villeta y compañías rurales de Capiatá, “El pueblo” refleja sin concesiones la dureza de la vida campesina, el trabajo denodado de sol a sol, los escasos momentos de esparcimiento en medio de una cotidianidad sumamente austera en una época donde una experiencia auspiciosa de autogestión de agricultores y campesinos, las Ligas Agrarias, era reprimida de manera brutal por el gobierno de Stroessner. En ese sentido, el filme otorgó al cine paraguayo un claro posicionamiento político de resistencia a cualquier autoritarismo y un legado de compromiso con la dramática situación de los trabajadores desposeídos y explotados.
Según el periodista paraguayo Gustavo Reinoso, este mediometraje “es un hito en la historia del cine nacional. Sus aspectos formales y su narrativa visual inauguraron una vanguardia estilística cuyos rasgos distintivos persisten en los cineastas paraguayos contemporáneos más importantes. Su concepción ideológica, alejada de estereotipos míticos, nacionalistas y triunfalistas, representó una ruptura decisiva con las convenciones con que lo popular o lo campesino se representan en el discurso oficial, aún en nuestros días”.
Estrenada el 5 de noviembre de 1969, la película no fue bien recibida por el régimen de Stroessner y los medios periodísticos oficiales decían que las personas retratadas por el filme no eran “el verdadero pueblo paraguayo”. Ante el temor de que se iniciará una campaña de censura y persecución en su contra, Saguier tuvo que dejar de exhibirla en el circuito comercial.
En 1983, el laboratorio de Buenos Aires donde estaban guardados los archivos originales cerró por sorpresa y la copia de El pueblo se perdió irremediablemente. “Consideré por varios años que la película estaba perdida hasta que apareció una copia en video, y cuando la ví quise llorar”, recordó Saguier, que luego tuvo que emprender un arduo trabajo de restauración digital porque aquella copia “era terriblemente mala, se movía todo, tenía 80 rayas”. Por suerte existe una versión de El pueblo -la última existente hasta el momento- que fue realizada por el propio Saguier en 2017, con la inclusión de uno de los rollos color de la copia original que, afortunadamente, fue recobrado y digitalizado.