“Frente a todo”
Por Juan Pablo Barbero.
Una película experimental, política y poética, una película poderosa, comienza con una dedicatoria hacia su cine como en los títulos también nos lleva directamente a Godard, una película comprometida con la situación política francesa, donde una pequeña bandera se arrastra arrugada sola por la calle como una bolsa de residuo, el discurso de la imagen y su asociación le permite a la película encontrar lo poético en la realidad, una imagen habla con la que le sigue, hablar en dieciocho partes diferentes, donde se encuentra el lenguaje en el cine a través del montaje y no tan necesario por la palabra, a pesar de estar presente en actos políticos, la voz del director es la construcción de su obra. Imágenes que se vuelven hasta fantasmagóricas porque la realidad es un fantasma y la poesía nos lo permite comprender, que los poemas no son sólo con palabras y los golpes no sólo físicos, que entre dos ladrillos hay una calle de cemento y está todo sucio, banderas, basura, personas; que entre dos palabras hay un silencio y grita, libertad, fraternidad e igualdad; que entre un apretón de manos hay un vacío donde puede pasar una corriente entera, manifestaciones, represiones y sus escobillones que barren todas las ideas.
Es un tipo de cine que se puede hacer solo porque a la vez se hace con todos, como si escribir fuera para un cineasta salir con su cámara a dibujar varios bocetos en la realidad y pintarlos en el momento de sentarse a editar la película y pintar el blanco y negro, no significa ausencia de colores, sino que el vacío y la oscuridad concentran todo adentro, flores muertas, personas golpeadas y un ritmo musical urbano que combate el frío de la calle con la fuerza de sus rimas. Pintar una bandera que pierde sus colores. El rojo ya no está, el azul tampoco y el blanco sólo prevalece pero es diferente. Pintar para un director así es armar, mezclar sus pinceladas entre tantos procedimientos, forzar su pincelada para enfatizar lo que se quiere decir, pintar una idea para que hable la basura y nos haga entender la situación no sólo de un país, sino una realidad similar en distintas partes del mundo. La fuerza de la imagen se antepone a la palabra y eso es lo particular de esta película, donde generalmente la política se explicita a través del énfasis en la palabra, acá la política se encuentra en todas partes, tanto en fondo como en forma, tanto en el qué se cuenta como en el cómo. Una posición del cine frente al cine, frente al mundo, frente a todo.
Titulo: Paris est une fête – Un film en 18 vagues
Año: 2017
País: Francia
Director: Sylvain George