Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

CALIGARI

My Mexican Bretzel (2019), de Nuria Giménez Lorang

“Leer entre líneas”

Por Agustina Osorio.

Imágenes de 8 y 16 mm, silencio, en ocasiones el sonido perfecto y palabras escritas como subtítulos componen esta maravilla que ha sido descrita en otros festivales como “un ovni”, un acontecimiento fuera de este mundo o un objeto no identificado pero que llama nuestra atención y queremos dedicarnos horas, días y años a entenderlo o al menos describirlo.

Quizás no sea algo tan extraño, sino el regreso más puro al cine como tal, como una experiencia casi onírica que nos sumerge en un universo, en el cual, por 90 minutos, creemos estar en otro lugar, en otro tiempo. Si el cine Dogma quería purificar el cine de los efectos especiales y artificios, My Mexican Bretzel da la vuelta completa y nos atrapa con tres elementos simples armonizados a la perfección pero dejando lugar todavía, a quien esté visionando, para que complete la historia en su interior ¿acaso no es un fenómeno extraño de ver por estos días?

Las imágenes de 8 y 16mm muestran los días de disfrute y hedonismo de una pareja que parece residir en Suiza o algún otro país de Europa, durante los años 50 en plena posguerra. Los lujos y privilegios están a la vista en cada toma y pareciera como si su vida cotidiana estuviera conformada por viajes a lugares exclusivos para cada época del año: centros de esquí, playas, mares y lagos que serán recorridos en yates o cruceros que denotan estándar. Casas de veraneo y casas invernales que se recorren en atuendos perfectos.

Las escenas de opulencia son acompañadas por el relato escrito del diario de Vivian quien agrega pasajes del libro de un misterioso gurú, encontrado en la mansión de su difunto tío, que comienzan a completar ciertas piezas una historia detrás de aquellas imágenes.

El juego de My Mexican Bretzel es el de los contrastes y el de leer entre líneas.

Hay imágenes de una pareja privilegiada que contrastan con las palabras escritas de sufrimiento. Sin embargo, junto a las imágenes de viajes y turismo, también hay otras de una Europa destruida por la guerra. Las letras, además de sufrimiento, expresan ironía y quizás algo de humor negro. No todo es lo que parece a primera vista, lo cual nos deja la maravillosa tarea de poder interpretar o intentar armar algo en nuestro interior. Porque, justamente, no queda otra opción que observar la propia mirada, como elemento faltante.

Al evitar el sonido ambiente que correspondería a esas imágenes o la voz que debería relatar lo escrito, solo nos queda nuestro tono, aquel que podemos imprimirle a la historia, de acuerdo a nuestra propia intimidad, estado de ánimo y experiencia. Una elección acertada para el juego que nos propone la realizadora.

Cada pieza de sonido es una obra en sí misma, enfatizando ciertos momentos y desconcertando en otros para no dejarnos en un rol pasivo, a pesar de estar inmersxs en la propuesta.

Cuando creemos que nos estamos acomodando a esta forma de relato, algo irrumpe para agregar otra pieza a este rompecabezas, haciéndonos ver que había algo que faltaba pero no se sentía; haciéndolo de una manera tan sutil que solo podemos notarlo una vez finalizada la proyección. El diseño es perfecto. No hay nada en esta película que pueda comprenderse en un solo nivel de análisis y eso es lo que la convierte en una joya.

El hecho de haber sido descrita como un ovni no habla sino del momento del cine a nivel global. ¿Cómo es que una película armada con tres elementos básicos del cine es la rareza en esta industria? Y lo es.

Algunos festivales apuntan a descubrir propuestas nuevas, que nos inviten a repensar el cine y jugar un poco. No sé si My Mexican Bretzel es un ovni. Me animo a describirla más como una calesita de parque, a la cual subís para dar dar un paseo maravilloso pero que, una vez que bajás surge el mareo el cual, en realidad, es parte del juego.

Nuria Giménez da dos vueltas más, para dejarnos de pie frente a lo natural y orgánico pero milimétricamente calculado para que disfrutemos y luego quedemos desorientadxs. De esta manera, nos deja al desnudo, despojadxs de todo lo que supuestamente sabemos sobre el cine. Y de nuevo, eso es maravilloso.

Titulo: My Mexican Bretzel

Año: 2019

País: España

Director: Nuria Giménez Lorang

Si llegaste hasta acá…
Es porque entendés que el cine es un arte y no un mero entretenimiento, por eso valorás y apoyás que existan otras miradas. Podés apoyar a Revista Caligari adquiriendo alguna de nuestras suscripciones.
SUSCRIBIRME