“Los peligros del mesianismo”
Por Sebastián Francisco Maydana
Desde una estética experimental y una puesta en escena despojada, Jenni y Lauri Juhta se proponen revisitar no al mítico Moisés de la Biblia sino el que describió Sigmund Freud en su clásico Moisés y el Monoteísmo (1939). El abordaje, que en un principio parece despegado y académico, se va revelando de a poco como político y absolutamente actual. La prueba de que hay un involucramiento íntimo con los temas tratados en el documental está dada por el hecho de que son los propios directores quienes interpretan a los dos personajes: Moisés y Freud.
Moses es un documental atípico en que, dependiendo de cómo se lo mire, puede ser a la vez poético e informativo. A la vez que explora material de archivo y reproducciones de íconos religiosos, utiliza la dramaturgia para traer a la actualidad las discusiones que propone Freud en su libro. Esta estrategia no es novedosa en sí; ya lo hizo otra austríaca, Ruth Beckermann, cuando le dio voz y cuerpo a las cartas que se enviaban dos poetas durante la Segunda Guerra Mundial en Las soñadas (Die Geträumte, 2016). Con la diferencia que la poesía es eterna, como los sentimientos, mientras que las propuestas de Freud fueron superadas en años posteriores y ya no se consideran plausibles. Así, en la actualidad no se considera que la religión mosaica haya sido inspirada en, o siquiera similar a, la que impuso Akenatón en Egipto (una propone un Dios único y la otra un Dios Uno); aun si Moisés fuera un personaje realmente existente, la cronología bíblica hace difícil que haya sido contemporáneo de Akenatón; menos factible aún es la historicidad del Éxodo; además de que Freud se apoya en etimologías erróneas y arbitrarias, entre otras objeciones que se le pueden hacer. La lista es larga y, para evitar prolongar innecesariamente esta crítica, mi inclinación académica me obliga a recomendar la lectura alternativa de Moisés el Egipcio (1997), de Jan Assmann.
Pero entonces, ¿Cuál es el valor de traer este libro de hace casi 100 años, si su contenido está completamente errado? Darle imagen a los orígenes de una religión prácticamente anicónica es una forma de construir el personaje de Moisés, que es aquí apenas un símbolo. También, y sobre todo, se construye el personaje del último Freud, viejo, exiliado en Londres y abrumado por el avance del antisemitismo en la Europa continental. El libro que le dedica a Moisés es el último que escribió, y se publicó el mismo año que comenzó la Guerra. Él mismo falleció apenas tres semanas después de la invasión nazi de Polonia. Este contexto histórico es el que da sentido a las discusiones y el que ofrece la clave para leer entre líneas esta indagación a primera vista académica del origen del monoteísmo hace 3000 años.
Los movimientos de cámara lentos y el acompañamiento de sonidos inquietantes le dan a toda la película un aire de misterio. El vestuario, la puesta en escena y la edición son simples, obvios, pero ese amateurismo les sirve para manipular la expectativa de la audiencia y explicar que no es una exposición realista sino una interpretación dramatúrgica. Completan el armado visual algunos materiales de archivo intervenidos e imágenes yuxtapuestas de paisajes, animales y símbolos.
En cierto momento, Freud y Moisés aparecen compartiendo escena, sentados con expresión severa. Miran a cámara rompiendo la cuarta pared, involucrando e interpelando al espectador. Freud, exiliado por judío, estaba convencido de que Moisés había sido asesinado en un crimen de intolerancia. La suya es una mirada que reclama acción ¿Habremos aprendido algo de estos grandes personajes? ¿Qué vamos a hacer con el avance del fascismo en la actualidad? Si el libro de Freud fue una advertencia de lo que estaba por suceder en Europa, esta película puede interpretarse como una advertencia acerca de los peligros del mesianismo, que sufrimos todos los días y que amenazan con agravarse en el futuro cercano.
Titulo: Moses
Año: 2024
País: Finlandia
Director: Jenni Juhta y Lauri Juhta