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La larga noche de Francisco Sanctis (2015), de Andrea Testa y Francisco Márquez

“Volver a mirarnos”

Por Agustina Osorio

El desafío de crear otra obra relacionada con la última dictadura cívico-militar radica, justamente, en el hecho de lograr retratar el factor imprescindible de la sociedad en el golpe. No solo de las corporaciones que fueron parte de la estrategia, sino también de la gente común, de las personas “de a pie” que se mantuvieron al margen, mirando hacia adentro y manteniendo el silencio, en sus trabajos y vida cotidiana.

Ése es el valor de La larga noche de Francisco Sanctis, de Andrea Testa y Francisco Marquez; en la cual el protagonista, un hombre de unos 40 años, casado, con hijxs, un trabajo mediocre y poco brillo en general, se ve enfrentado a una nueva oportunidad para asumir algún compromiso. 

Un compromiso particularísimo, pequeño, en el contexto de una jugada amplia, en la que miles se jugaban la vida o habían quedado en riesgo por acciones anteriores o por tratar de ayudar a otrxs. 

La vida apacible y gris de Francisco (Diego Velázquez) se ve interrumpida por la reaparición de Elena (Valeria Lois), una amiga de la juventud que, con la excusa de publicar la única poesía que él escribió hace años, le transmite información clave para que pueda salvarle la vida a una pareja de quienes solo sabe sus nombres, dirección y que serán llevados por la fuerza Aeronáutica esa misma noche. 

A partir de ese encuentro, seguiremos al protagonista, en cada uno de los pasos que dará, entre dudas y ganas de jugárselas como forma de reivindicarse por haberse corrido de la militancia (o al menos de ciertos ideales) años atrás. 

La cámara lo sigue y se cierra sobre su rostro, siempre en tensión, al igual que el clima general de la película.  La noche comienza y con ella el derrotero de Francisco por las calles vacías, más propias de un toque de queda y del miedo que de la tranquilidad. El barrio se convierte en una posible trampa y cualquier transeunte en presuntx militante que podría conducir al hombre y mujer que Francisco debe salvar. 

La fotografía, a cargo de Federico Lastra, resulta clave para generar el clima y acompañar a Velázquez a la hora de transmitir las fluctuantes emociones por las que Francisco va pasando en el transcurrir de las horas. La luz roja del semáforo ilumina a Francisco y a su amiga Elena, en el momento clave en el que ella pasa de la charla insignificante al pedido en concreto, sentenciando con un “vayamos al grano”. 

El recorrido por las calles, bares y cine tienen una reminiscencia al cine de los 70s de Scorsese, pero sin la violencia explícita y euforia. En La larga noche…no hay euforia ni otra emoción que llame la atención hacia el afuera. Si la hay, está contenida, a punto de ebullición pero sin que pueda permitirse rebalsar. 

Durante todo el relato, puede sentirse la opresión sin necesidad de símbolos ni presencias obvias. No hay Falcon verde, ni sirenas, siquiera militares en uniforme. Se ha ejercido suficiente violencia como para disciplinar y lograr que las calles estén “en silencio”, dejando lugar al horror que puede suceder en la clandestinidad. 

Es esa sutileza el mayor logro de la película, la cual es llevada también al guión. Las  conversaciones no son completas ni cerradas. La historia es contada a través de    diálogos truncos, de palabras que no se terminan de decir y teléfonos que se cuelgan sin decir chau. Hay tensión sin discusión y pánico sin gritos. 

Son esas sutiles ausencias las que llenan la pantalla, además de los ojos y el ceño fruncido del protagonista. 

El resto de las personas con las que se irá cruzando, no tienen una cámara encima. Incluso, en ocasiones, solo escucharemos su voz. Sin embargo completan a la perfección, la fracción del cuadro general que Testa y  Márquez eligieron destacar, en base al libro homónimo de Humberto Constantini. 

La larga noche… nos interpela de manera directa, a través de una historia pequeña, situada en la última dictadura; en donde quien la protagoniza podría haber sigo cualquiera de nosotrxs. ¿Dónde nos hubiéramos situado? ¿Dónde elegimos situarnos ahora? Y ¿desde qué perspectiva vamos a volver la mirada sobre aquellos hechos pasados, que nos permitan replantearnos el lugar que ocupamos en este presente hoy, que está construyendo historia?⚫

Titulo: La larga noche de Francisco Sanctis

Año: 2016

País: Argentina

Director: Andrea Testa y Francisco Márquez

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