Por Mauro Lukasievicz
Pasaron varios años desde Alunizar, película que podríamos decir que es hermana de Canal 54 ¿cómo surgió la idea de realizar Canal 54?
Cuando se estrenó Alunizar nos contactó por facebook Armengol Torres. En ese momento, él era el organizador de la Semana Mundial del Espacio en España. Nos propuso realizar un pase de la película en algunas sedes de allá y una de esas fue en el Complejo de Comunicaciones de Espacio Profundo que es una instalación de la NASA en Madrid. Resultó ser que yo iba a viajar a España porque tengo familia ahí y terminé yendo yo, sin Pepa, la co directora de Alunizar. Con Armengol tuvimos unos intercambios de mails antes acerca de si la película era o no un falso documental. Me di cuenta de que detrás de la llegada a la Luna, de la mirada contemporánea pop sobre la NASA y el espacio y demás, detrás de todo eso había algo como una familia. O al menos a mi me gusta pensarlo así. Mi tema con la llegada a la Luna viene de chico, supongo como muchos de mi generación. Pero Armengol, por ejemplo, había visto la llegada a la Luna a los 12. Y no sólo eso, sino que le había sacado fotos a su televisor. Algo que en Alunizar buscamos mucho es el material de archivo del primer paso y él lo tenía ahí. Para ese entonces, a mi lo que me interesaba de la Luna no era tanto el acontecimiento histórico. Tampoco la teoría conspirativa de si fueron o no. La verdad es que siempre me gustaron esas imágenes. Y esa otra historia medio de la decepción que fue la transmisión. Muchos preparativos para un espectáculo televisivo que no fue tal. Aburrido, imágenes borrosas. Todo muy tosco. Pero claro, no es igual mi interés que el de Armengol. Yo le aclaré que la película es la película y yo soy yo. Que son dos cosas distintas y que con Pepa habíamos armado una película que contaba una teoría conspirativa inventada por nosotros en relación a la imágen y no sobre si llegaron a la Luna o no. Me pasa que me preguntan mucho si yo creo que llegaron o no y cuando digo que sí, que creo que llegaron, siempre es como que es medio una decepción. Algo de todo esto quedó aclarado con Armengol y fue ahí que me propuso hacer una investigación, dijo él, sobre algo que él se acuerda de su infancia en Argentina. Y ahí es cuando me cuenta la historia sobre la transmisión paralela de la llegada a la Luna que dijo haber recibido un radioaficionado de Avellaneda en la Revista Siete Días Ilustrados. Él se acordaba de eso. Algo del orden de lo conspirativo había en esta historia y la verdad es que no me daban ganas de hacer otra película conspirativa. Tampoco tenía ganas de hacer otra película que juegue con lo falso, etc. Y me preguntaba si tenía ganas de hacer otra película sobre la llegada a la Luna. Y bueno, sí. Eso sí. Vuelvo sobre el tema de la familia en torno a esto último. Sentí como que el haber hecho Alunizar me hizo encontrar con estas otras personas que si bien éramos de edades diferentes podíamos hablar muchísimo y bastante a fondo sobre este tema. Algo que hasta el momento sólo habíamos hecho con Pepa. Entonces eso hacía surgir otra pregunta que era, ¿cómo hacer una película sobre la llegada a la Luna que no fuera ni conspirativa ni jugara con lo falso? Habría que ver si Canal 54 es eso. Yo creo que sí. Yo creo que el misterio está en otro lugar. Pero eso lo encontré a lo largo del proceso. Lo primero que hice entonces fue pensar, “voy a acompañar a Armengol en esta investigación” y fue eso lo primero que filmamos en España.
El trabajo que podríamos llamar detectivesco resulta maravilloso a lo largo de la película ¿porque crees que te sentís tan cómodo en el lugar de investigador?
Bueno, creo que nunca lo pensé así. Como dije antes, para mi el investigador era Armengol al principio y después medio que tomamos caminos o intereses diferentes sobre esta historia. Donde sí puedo decir que me siento cómodo o me sentí cómodo fue con los personajes de la película. Siento que con todos hubo un vínculo y creo que eso se ve por suerte. En esta película yo tenía que ser un gran conocedor de otras cosas que no eran necesariamente de la llegada a la Luna y eso era liberador para mi. Conocí mucho sobre el sindicato Luz y Fuerza, sobre SEGBA y las usinas eléctricas en funcionamiento de esa época, sobre una generación de técnicos en electrónica formados en los institutos de formación técnica y profesional. Todo para conocer a mi personaje principal, Otero. Eso me acercó a las personas que fui conociendo. Es todo otro universo que me gusta, que me intriga y que siento que es fascinante. Primero esa cosa de un técnico que no es un ingeniero. Muchas veces son autodidactas. Otero era autodidacta. La idea de que alguien así haya podido captar una señal que vino de la Luna me encanta. Sea verdad o mentira. Me parece muy lindo como relato. Entonces en ese sentido, es raro el rol de investigador. Porque me hace pensar en que el investigador quiere llegar a la verdad. Y quizás lo más lindo del investigador es lo que decís en tu pregunta, el trabajo. Todo ese momento de estar investigando, sí, me resulta cómodo. Casi que no quiero que termine nunca. Me encanta encontrar datos que no concuerden, que te hagan ir para atrás, que reformulen algunas cosas pero no todo. Que la historia que venís construyendo empiece a tener menos sentido, a ser más incoherente pero todo a partir de datos, es decir, ciertos elementos irrefutables. La unión de esos puntos es el trabajo final. La idea de darle coherencia a todo, ¿eso sería el trabajo final del investigador? Eso es lo que menos me gusta. Prefiero seguir investigando.
Hay una cantidad muy variada e interesante de entrevistas que aportan distintos ángulos a la historia ¿cómo los elegiste y que tanto material tuviste que dejar afuera del corte final?
Todo el principio lo aportó Armengol. La gran mayoría son amigos de él. Luego, hubo un momento donde Armengol me pedía conseguir gente para entrevistar. Ahí es donde aparece Antonio Las Heras, por ejemplo. Por último, están los vecinos de Avellaneda, que básicamente los conocí yo, preguntando por el barrio. Creo que la mayor parte del material que tuve que dejar afuera fue esta última. Algunos vecinos que contaban anécdotas sobre Otero. Hay mucho ahí. Muchas anécdotas y de épocas distintas. Gente que le llevó televisores para arreglar. Gente que no lo conocía mucho pero cuentan cosas que se decían de él. Y también otros amigos. Es difícil dejar material afuera. Creo que no fue tanto igual. Ese trabajo lo hicimos con Pepa. A quien ya nombré más arriba. Ella es la montajista de Canal 54 y el trabajo con ella en este sentido fue vital. También colaboró en este sentido Clara Ambrosoni, co guionista. Ella es la gurú de las estructuras (risas). Cuando un testimonio no va te das cuenta. Algo de lo que dije arriba acerca de la investigación me viene ahora como fórmula. No sé si lo voy a poder expresar bien. Pero pienso que hay algunos testimonios que son demasiado categóricos están basados más en opiniones personales que en datos. Creo que algo de eso fue lo que primó a la hora de sacar material. Es como un vaivén entre afirmaciones que alguien expresa y datos o documentos. Y vos te preguntas, ¿lo puedo confirmar o no? y también, ¿hay otra forma de pensarlo basado en los mismos presupuestos? Para mi lo interesante de los documentos es que no opinan o al menos no suelen opinar. El tema es encontrar el contexto. Para darle un valor real. Quizás el tema con los testimonios es el contrario, encontrar el documento. Para darle un valor real. ¿por qué digo esto? porque lo que nunca quise es una película de expertos. La figura del experto me abruma, me aburre, empequeñece el mundo y cualquier tipo de fantasía. No porque sea verdad lo que dice sino porque es persuasivo. La autoridad es falsa pero opera, no sólo en el espectador sino en la narratividad de algo como un documental. O al menos así lo veo yo. Es el cine que me gusta.
¿Cómo se financió Canal 54?
Cuando surgió lo de la Semana Mundial del Espacio hablé con Daniela Martínez Nannini y Martín Lapissonde y les dije que quizás acá había algo. No tenía mucha idea de qué ni de cómo se iba a armar. Entre los tres desde hacía rato queríamos hacer una película juntos. Ya habíamos trabajado juntos en otros proyectos. Ello como productores. Yo como sonidista. Esta era la primera vez que encaramos un proyecto al cual yo dirigiera y ellos produjeran. Somos amigos y creo que fue gracias a ellos que me saqué el miedo de encima y fui a filmar a España. En ese momento no había ningún tipo de financiación más que la nuestra. Le pedí la cámara a un amigo, una 7D y viajé a España a ver qué pasaba al conocer a Armengol. Luego, Armengol comenzó a viajar a Buenos Aires y algo de la urgencia hacía que fuéramos grabando esos encuentros. Todo muy independiente, digamos. Varias de estas jornadas fueron en torno a clases del Programa de Cine de la Universidad Torcuato Di Tella. En algún momento del proceso surge la idea de hacer la recreación y fue ahí cuando entendimos que necesitábamos financiación, así que aplicamos al INCAA a la vía digital de documentales. Eso nos ayudó a realizar no sólo la recreación sino gran parte del resto del documental. La Universidad del Cine nos dio el apoyo durante todo el proceso, básicamente con equipos durante partes del rodaje y algún que otro proceso de post. De todas formas, siempre quisimos que fuera algo chico. En algunas partes estoy yo sólo haciendo cámara y sonido. En otras, que estoy delante de cámara, somos algunos más, pero sólo eso. Incluso en la recreación éramos pocos y eso estuvo muy bueno.
¿Te encontrás trabajando en otros proyectos?
Hay varias cosas sí. Desde hace tiempo con Pepa queremos hacer un documental sobre las conferencias del pintor Esteban Lisa. Con Clara tenemos escritas algunas ficciones por ahí también. En el medio hay siempre cosas que me interesan y sobre las cuales voy investigando de a poco a ver si les encuentro alguna forma. Y en paralelo a todo esto siempre estoy haciendo sonido de películas. Eso también son proyectos, digamos, y cada vez lo disfruto más. Hace unos años ya, armamos Atalante junto a Marcos Canosa y Mercedes Gaviria como casa de post producción de Sonido. Los tres somos directores de sonido en películas diferentes y cada uno trabaja con realizadores diferentes pero compartimos el proceso entre nosotros. Nos vamos mostrando los avances de cada película y nos vamos dando opiniones de cómo debería seguir. Cuando se puede, uno trabaja en la película en la que el otro es director de sonido. La verdad es que disfruto mucho eso.
Titulo: Canal 54
Año: 2021
País: Argentina
Director: Lucas Larriera