“Todo lo que puede salir mal sale peor… por suerte”
Por Lucila Da Col.
Dentro las expectativas que nos generan los viajes, las más evidentes son las de conocer otros espacios, nuevas personas y costumbres. También sucede que nos encontramos a nosotrxs mismxs en vivencias aún no exploradas, en el camino hacia otras formas o en una aventura interna como le sucediera al personaje de J. Kerouac de On the road (1957): “no estaba asustado; simplemente era otra persona, un extraño, y mi vida entera era una vida fantasmal, la vida de un fantasma”. Y eso ocurre a veces sin que nos demos cuenta, aún sin buscarlo conscientemente.
Arquitecto, docente, futuro padre. Todo pinta bien en la vida de Ignacio Roma, el protagonista de De la noche a la mañana de Manuel Ferrari. La supuesta invitación a una charla sobre arquitectura estructural en la Universidad de Valparaíso provocan un descalabro y apenas arribado al aeropuerto comienza a transitar lo inesperado. Uno de esos viajes accidentados en donde todo aquello que sale mal desemboca en una transformación. Entre desencuentros y malos entendidos conocerá a Laura, una joven arquitecta que apuntalará sus nervios desbordantes y será la compañera del breve derrotero que vivan juntxs.
La ciudad de Valparaíso se presta por entera al relato, con sus cuestas infinitas y escaleras constantes, su mar y laderas empinadas que hacen del recorrido un vaivén de sensaciones que acompañadas por esta geografía simbolizan la aventura de un porteño por las irregularidades de su destino. Esteban Menis da vida al protagonista del film en un tono que oscila entre la comedia y el drama en estrecho vínculo con la cámara y un cuerpo algo torpe y miedoso, intranquilo e incómodo que hace de Ignacio Roma un ser muy particular.
Cuando todo parece claro, una sucesión de acontecimientos fortuitos echan luz de manera irruptiva. Una desestabilidad poco usual que mueve los cimientos de una estructura de apariencia firme pero endeble en su interior. Eso también se manifiesta con los terremotos, movimientos sísmicos de una corteza terrestre de aspecto sólido pero cuyas placas tectónicas se hallan en constante actividad buscando como acomodarse unas con otras, liberando energía acumulada. El viaje a Chile genera esa mismo temblor, ese piso que se mueve y altera bruscamente la rutina de un protagonista nervioso en su exterior, sensible en su emoción. Una recurrencia temática que persigue al joven como una amenaza que se encarna en su neurosis hasta alterar su bienestar general. Porque los accidentes a veces vienen acompañados de nuevas alternativas y ese vértigo que se genera ante lo nuevo es de compleja asimilación.
“¿Tu trabajo te apasiona?, ¿eres un hombre feliz “. Ambas preguntas de Alessandro, un arquitecto “exitoso” con quien Ignacio entabla vínculo durante su breve estancia, permanecen sin respuesta. ¿Será posible hallar algún tipo de respuestas que se apliquen a todo aspecto de la vida de las personas?. Quien elabora esas preguntas, ¿habrá encontrado esas respuestas unívocas? Y a la vez, ¿es factible encontrar en esas preguntas un lugar de resolución de los conflictos perpetuos? Estos interrogantes que arroja el film generan un espacio de discusión por fuera de la aventura en sí, una esfera de reflexión que la travesía de su protagonista pone al descubierto en el transcurrir de los avatares. Porque de la noche a la mañana es difícil barajar y dar nuevo. ¿O ello solo da cuenta de cierto conformismo al que estamos habituadxs?
Titulo: De la noche a la mañana
Año: 2019
País: Argentina
Director: Manuel Ferrari