“Todo es política”
Por Lucía Roitbarg
Jean vive con su gato y entrena al equipo de Netball de mujeres en un colegio secundario en una ciudad del norte de Inglaterra. Allí es querida por los chicos y las chicas,y también por sus colegas docentes. Hay algo de misterio en ella: un poco sobria, algo callada, y bastante observadora. Por la radio escuchamos una noticia, y allí entendemos que en el poder está Margaret Thatcher, ex Primera Ministra de Inglaterra y conocida mundialmente por su fuerte impronta conservadora. A los siete minutos de comenzado el film, Jean entra a un sótano muy oscuro, el bar donde se encuentra (o esconde) con amigas y con su novia Viv. La película revela ya un conflicto: un gobierno que promueve “valores tradicionales” y una docente lesbiana que debe esconderse para ver a quien ama. Este conflicto adquiere dramatismo con la aparición en el colegio de Lois, una nueva estudiante, la única sin uniforme y con gran destreza para el fútbol, si bien por ser mujer en el colegio sólo le permitirán jugar Netball con otras chicas. Un día, Jean encuentra a Lois en el bar gay que ella frecuenta y el riesgo de perder su trabajo se hace cada vez más ineludible, a la vez que encuentra un reflejo en Lois que socavará su mundo aún más profundamente.
Cuando Jean empieza a sentirse incómoda o preocupada, los primeros planos a su rostro se hacen más presentes, la imagen se ralentiza, la música se tensa, se torna algo lúgubre. Todos estos recursos, muy atinados y elocuentes para conseguir identificación con ella, indican que Jean siente un peligro latente. Efectivamente la imagen y el sonido cambiaron: su mundo interno ya no es el mismo que al comienzo y nosotros, como espectadores de ese mundo interior, nos perturbamos como ella. El conflicto que al comienzo parecía exterior, avanzado el film se perfila como un proceso interno. Así como en el funcionamiento del modelo panóptico teorizado por el filósofo Michel Foucault, ya no se necesita de la vigilancia externa para que el control sea eficiente porque la vigilancia ya está internalizada, y el mecanismo está actuando sin otro recurso que el que pone a disposición la propia persona. En este sentido, la destreza de la película es contar en detalle como ese mecanismo actúa sutilmente a través de los medios, los carteles en la vía pública, pero también en las palabras de los seres queridos, los colegas, y en cada micro vigilancia cotidiana.
Así como Viv espeja a Jean en su conflicto con su identidad sexual, Lois es otra de las personas en las que se refleja Jean y que permiten darle espesor y visibilidad a su conflicto interno. Ese espejo con Lois es lo que de alguna manera quiebra a Jean, porque si ella perpetúa ese mecanismo de vigilancia interno con ella, entonces el sistema ganó. En este sentido, es reveladora del cambio que irá sufriendo la protagonista la escena en la que Viv apaga el televisor repentinamente porque le dice a Jean que “hay programas que están allí para distraer de lo que verdaderamente está pasando”. Jean le responde, algo inocentemente, que es una conspiranóica, y que “no todo es política”. “Claro que lo es” replica Viv. A lo largo del film, la protagonista irá de a poco vislumbrando que, efectivamente, todo es política: cuando hasta la elección de la sexualidad empieza a estar amenazada, la soledad y la angustia pesa sobre el personaje, pero ese sentimiento de aislamiento es parte de esa construcción hegemónica del poder, aunque Jean aún no lo vea. Por eso es que no sabemos muy bien en cierto momento hasta dónde será capaz la protagonista de aguantar el dolor e incluso si no comenzará a dudar de sí misma.
Cabe subrayar que la película no entra en maniqueísmos absurdos para señalar que las personas alrededor de Jean son reprochables, sino que deja entrever que también son parte de un entramado social en el que es mejor pasar desapercibido sin producir ningún tipo de incomodidad o alarma que despierte el odio ajeno. Sin embargo, hay algunos recursos un poco más obvios (y algo innecesarios) que utiliza la directora para emocionar y lograr más empatía con Jean, o bien para evidenciar el clima de época o situación política. Esto hace que señale algunas informaciones más de lo necesario. Por ejemplo, con la presencia sonora de la radio y la televisión para contar sobre las leyes en contra de la homosexualidad promovidas por al gobierno de Tatcher. Quizás con la inclusión del colegio como institución que reproduce el poder ya lograba transmitir esa información. Aún así la película nunca pierde fuerza en este sobreesfuerzo de comunicación.
No parece algo casual que en 2023 se realice una película que tematiza el rechazo a quien es diferente, el cuestionable rol otorgado a la mujer, o bien la idea de reproducir valores conservadores desde el Estado como si fuera un ente superior regulador de las buenas costumbres y la moral. Aunque la realizadora ubica su película en un contexto histórico determinado, lo cierto es que su primer y auspicioso largometraje arroja más luz sobre el presente de lo que quisiéramos.
Titulo: Blue Jean
Año: 2022
País: Reino Unido
Director: Georgia Oakley