“Tradición contra modernidad”
Por Sebastián Francisco Maydana.
Año nuevo en Tokio. Una familia de clase alta espera impacientemente a la hija menor en el salón privado de un hotel de lujo. Cuando Hanako se presenta a la cena sin su novio, con quien había roto la relación ese preciso día, su familia lo vive como una muerte. Porque Hanako tiene 27 años y no está casada, y ahora no tiene perspectivas de hacerlo en el corto plazo. La asfixiante realidad es que cada día que pasa y cada candidato que rechaza la colocan un paso más cerca de quedar soltera, algo impensable para alguien de su clase. Hasta que conoce a Koichiro, un abogado que reune todos los requisitos para una alianza exitosa.
Año nuevo en un pequeño pueblo de provincia. Miki regresa a su casa natal para celebrar con su familia, recordando en el proceso por qué abandonó ese lugar hace años ya, primero para tener una educación y, cuando no puede continuar pagándola, conseguirse un trabajo. En la universidad conoce a Koichiro, un aspirante a abogado que reune todos los requisitos para no necesitar nunca elegir entre estudiar o trabajar.
De hecho, el drama que une todas estas historias entre sí como un hilo de seda es precisamente la imposibilidad de elegir de Koichiro. Cuando se acerca a Miki, sabe que no puede aspirar más que a una serie de encuentros furtivos a espaldas de su familia. Cuando conoce a Hanako, la única opción es el matrimonio. La sutileza es el lenguaje que maneja Yukiko Sode en esta historia de contrastes, y lo hace de forma extraordinaria.
El contraste más grande, que excede la escala de todos los demás, es el que opone la tradición a la modernidad. En este punto la ciudad de Tokio encarna íntimamente esta dicotomía y se convierte en otro personaje más de la película y quizás el más importante. La tradición, esa amenaza muda que resulta más peligrosa cuanto más alto se esté en la escala social, es el tema central de la obra y aquel sobre el que la directora hace su declaración más poderosa. Y lo hace, como decía antes, de una manera muy sutil, hasta compasiva. No hay buenos y malos, sólo víctimas tratando de vivir su vida un paso a la vez, sabiendo que el respiro de cada avance es provisorio y que el pasado les está pisando los talones.
Delicada en la forma de narrar como una mujer en kimono depositando las tacitas frente a los invitados para la ceremonia del té, Aristocrats cuenta una historia profundamente humana. Cada elemento está cuidadosamente diseñado en relación a los demás, pero también se sostiene por sí mismo.
Titulo: Aristocrats
Año: 2020
País: Japón
Director: Sode Yukiko